Al conocerse la realización de la boda de Martín Borrego, ex jefe de oficina de la cancillería en tiempos de Alicia Bárcena, en el Museo Nacional de Arte, la presidenta Claudia Sheinbaum censuró estas prácticas. No deben usarse espacios públicos para ninguna celebración. Hay actividades de las secretarías que tienen que ver con reuniones protocolarias, pero no fiestas, señaló.

Consideró que las acciones tienen que aclararse, en particular este caso, y todos los servidores públicos deben comportarse adecuadamente. Indicó que es procedente la intervención del Órgano Interno de Control en las investigaciones.

En el transcurso de la conferencia de prensa presidencial, trascendió la renuncia de Borrego a su nuevo encargo en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), dirigida actualmente por Bárcena. En su carta de dimisión, expresó que, si bien fue un evento privado, “reconozco que fue impropio haber solicitado el espacio a través de un correo institucional (…) este actuar no fue correcto para un funcionario público, ni digno de la confianza depositada en mí”.

Nota aclaratoria

En una nota aclaratoria emitida más tarde por la Semarnat, Bárcena notificó que pidió la dimisión de Borrego de la Coordinación de Contacto con la Ciudadanía, ya que ella no autorizó el acto, realizado el pasado 4 octubre, ni tampoco fue notificada. La secretaria explicó que la solicitud sólo fue enviada por carta y correo electrónico institucional a la dirección del museo, y confirmó que ningún recurso público de la cancillería fue erogado en aquel momento para la realización de este evento.

Sin embargo, en redes sociales circulan una fotografía y un video en los que se demuestra que Bárcena sí participó en la celebración, además de una invitación que incluye los nombres de los novios, la fecha del evento y su mesa de regalos con una cuenta en euros, sin que haga mención de que fuera un acto oficial. Estas supuestas evidencias no han sido confirmadas por la Semarnat.

Código de ética

Durante la mañanera, Sheinbaum difundió además la carta que envió a los altos mandos del gobierno el 2 de octubre donde los apercibe de regirse por el código ético de la Cuarta Transformación.

La corrupción es inaceptable en la Cuarta Transformación. Cualquier conducta ilegal de los servidores públicos que viole el código ético o incurra en actos de corrupción será denunciado ante las autoridades administrativas y/o penales. Los recursos de la Tesorería son de todos los mexicanos y no se dilapidarán ni se malgastarán, manifiesta la Presidenta.

Enfatiza que su comportamiento y desempeño debe ser evitar y condenar las malas prácticas, propias del régimen que hemos superado: sin influyentismo, sin nepotismo, sin corrupción ni impunidad. Añadió que, en su caso personal, ningún familiar puede usar su nombre para realizar gestiones o hacer negocios con el gobierno.

Les recuerdo que, de no actuar con ética y honradez, y de no atender estas instrucciones, podrían incurrir en actos de corrupción y ser responsables de delitos sancionados por la ley.