Presidenta, por favor, dialoguemos
, lo primero que le diría // Quiere un encuentro en persona // No hablé antes porque me taparon la boca
Somos la burla en la diplomacia por el asalto a la embajada
// Miles de migrantes ecuatorianos están en el desamparo debido al rompimiento de relaciones // Noboa buscará la relección y dejará encargada la presidencia, la justicia decidirá quién se queda
Jueves 5 de diciembre de 2024, p. 27
Quito. No lo duda un instante. A punto de que una jueza determine si la suspensión de su cargo fue ilegal, la vicepresidenta ecuatoriana, Verónica Abad, expresa su decisión de restablecer relaciones diplomáticas con México y conversar en persona con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
El 1º de enero comienza la campaña electoral presidencial en Ecuador, la cual se prolongará hasta el 9 de febrero, y Daniel Noboa buscará la relección, para lo cual debe pedir licencia y encargar el puesto a su vicepresidenta. Sin embargo, mediante una controvertida decisión administrativa del pasado 8 de noviembre, el Ministerio de Trabajo suspendió a Abad de sus funciones durante 150 días por abandono injustificado del trabajo durante tres o más días laborales
.
Con ello, Noboa evitó dejar la presidencia en manos de Abad y ese mismo día colocó a una persona de su confianza en el cargo de vicepresidenta temporal. Se trata de Sariha Moya, quien hasta esa fecha era titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades). Todo esto, en razón de que entre los dos mandatarios hay una ruptura política desde agosto del año pasado, antes de ganar la segunda vuelta electoral y también antes de posesionarse en el cargo el 23 de noviembre de 2024.
Hoy es la audiencia de la acción de protección, con lo que la defensa de Abad espera anular la sanción impuesta por el Ministerio de Trabajo. De revertirse la decisión, Abad podría asumir las funciones presidenciales, cuando Noboa comience su campaña electoral para 2025.
A pregunta de La Jornada sobre si al ejercer la presidencia restablecería las relaciones diplomáticas con México y con ello abriría de nuevo ese espacio para saldar una situación tan grave como lo que significó invadir una embajada, Abad expresó:
“Por supuesto que sí. El momento que uno está en el ámbito de la diplomacia internacional y al mismo tiempo corresponde asumir que somos la vergüenza internacional… Cuando yo tenía que mirar a embajadores en Israel, al de México exactamente, que era el presidente del Grulac (Grupo de América Latina y el Caribe), daba vergüenza, somos la burla y la comidilla entre todo el cuerpo diplomático por haber asaltado la embajada de otro país. Imagínese que cuando lo vi no podía creer lo que estaba pasando. Yo decía: es como si entran a saltar a mi embajada en Israel. No sé si a nosotros nos gustaría que nos hicieran eso. Es decir, estamos invadiendo un territorio.”
–¿Por qué no lo dijo antes?
–Porque en su momento la canciller (Gabriela Sommerfeld) me tapó la boca, me puso una mordaza para que yo no hablara de ningún tema internacional y menos el de México.
Es más, teníamos una orden de no acercarnos absolutamente a México en ninguna parte. Pero esto ocurre cuando hay miles de ecuatorianos que están sufriendo por esta situación. Debemos entender de que en ese país, en tránsito, hay miles de migrantes que están desamparados y huérfanos porque ya no existen relaciones diplomáticas, consulares, comerciales. Hemos perdido el intercambio que teníamos con México en asuntos académicos, que para Ecuador son muy importantes.
–Si es así, ¿usted podría llamar a la presidenta de México de inmediato al reasumir el cargo?
–Por supuesto.
-¿Qué le diría?
–Presidenta: por favor, dialoguemos, conversemos, coordinemos volvamos a tener las relaciones que teníamos, las que hemos tenido siempre con el pueblo mexicano. Yo desde niña me acuerdo de que mi padre me enseñaba a amar todo lo que venía de México. Yo crecí en un mundo de artistas. Es decir, las películas y las canciones de México fueron impulsadas en Latinoamérica y Ecuador. Por eso digo que hay cosas que no pueden romperse. Para mí fue realmente una sorpresa muy desagradable.
–Y frente a eso hay un elemento extra añadido, obviamente, y es el salvoconducto a Jorge Glas. ¿Hasta dónde el gobierno ecuatoriano, si usted lo preside, en enero, facilitaría el salvoconducto a quien ya fue considerado y sigue reclamado como asilado político por parte de México?
–Yo no tengo que facilitar nada a nadie. Lo que creo es que eso ya está en un proceso judicial, hay una justicia que está encargándose del tema. Lamentablemente México nos puso la demanda judicial. Ecuador tiene que defenderse. Ante lo que ya está tengo que conocer de cerca cómo va el proceso, sin duda alguna.