Los actos vandálicos perpetrados el pasado 30 de noviembre en el Mariposario Siwiní, ubicado en el jardín botánico Francisco Javier Clavijero de Xalapa, Veracruz, afectaron especialmente las tareas de crianza y educación ahí efectuadas, dio a conocer Orlik Gómez, responsable del área de divulgación del lugar.

Señaló que en el mariposario se trabaja diariamente para que los lepidópteros puedan seguir reproduciéndose y concientizar a la gente sobre la importancia de esos insectos. Expuso que en el sitio se trabaja con más de 30 especies distintas de mariposas que tienen su hábitat en el bosque de niebla de Veracruz, algunas de ellas muy extrañas.

Por eso lamentó que hace unos días sujetos aún no identificados aplastaran y mutilaran a decenas de mariposas.

Se encontró una gran cantidad de individuos muertos con las alas y las patas arrancadas o sin antenas dentro del área de vuelo del mariposario, comentó.

Añadió que a la fecha tenemos entre 25 y 30 especies de las cuales se conoce su ciclo completo; son especies de mariposas nativas del bosque de niebla y la idea de tenerlas en el mariposario es que la gente las vea de cerca y aprenda sobre su vida y su importancia.

El investigador resaltó que una de las principales funciones de las mariposas es la polinización, por lo que deben ser protegidas y respetadas, afirmó.

Gabriela Jiménez, docente del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, llamó a preservar el Mariposario Siwiní, por ser el único en el país (de los 50 que existen) en conservar ejemplares de bosque de niebla, y pidió a las autoridades esclarecer la agresión al recinto.

Jiménez, dedicada al cuidado de mariposas en laboratorio desde hace 15 años, señaló en entrevista que este ataque implicó un retroceso de cuatro meses en las investigaciones y cuidados sobre lepidópteros, algunos con características únicas.