Miércoles 4 de diciembre de 2024, p. 5
París. La catedral de Notre Dame de París reabre sus puertas al público este fin de semana al término de una exhaustiva restauración de cinco años, con un espectáculo musical el sábado y una misa solemne al día siguiente.
El futuro mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, estarán presentes en la histórica ceremonia, mientras el papa Francisco optó por un congreso religioso en la isla de Córcega el día 15. Es el primer viaje al extranjero de Trump desde su victoria electoral.
La reapertura de Notre Dame, cuyo tejado se incendió fortuitamente y se desplomó el 15 de abril de 2019, era un objetivo personal del presidente Emmanuel Macron, que atraviesa un bache político. El gobierno prevé la asistencia de un centenar de dignatarios del mundo entero.
El director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel y el pianista chino Lang Lang son algunos protagonistas del concierto de gala en la noche del sábado.
En el ámbito de la música pop participan la estrella franco-beninesa Angélique Kidjo y el cantante canadiense Garou.
Un máximo de 3 mil invitados podrán acceder a la explanada ante la fachada de la catedral, donde se celebrará el concierto. Además, los amantes de la música clásica y religiosa en París podrán disfrutar de un calendario de conciertos excepcionales a lo largo de diciembre.
Misa especial para los fieles latinoamericanos
La misa de las 9:30 horas (GMT) del domingo será celebrada en presencia de 170 obispos y los párrocos de las 106 parroquias parisinas. Luego, en la tarde, se oficiará la primera misa para el público, cuya reservación ya está agotada.
Todas las capillas del templo están listas para acoger a los visitantes, entre ellas la que se consagró en 1949 a la Virgen de Guadalupe.
Una misa especial para la comunidad latinoamericana está prevista el 12 de diciembre, día de la Virgen.
Notre Dame cuenta con tres coros, y el sentimiento es de impaciencia, reveló Émilie Fleury, responsable de los coros de niños y jóvenes. Esto marcará sus vidas para siempre
, declaró.
Cuando las llamas devoraron una de las más grandes catedrales de Occidente, inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco, el sentimiento de congoja fue mundial, pero también lo fue la movilización.
Las donaciones afluyeron inmediatamente, y el resultado ha sido una renovación minuciosa, que ha dejado inmaculadamente blancos los muros del templo, de más de 800 años de antigüedad, y ha recuperado la luminosidad de los rosetones y las vidrieras. También ha recuperado su bosque
, el entramado de vigas y soportes de roble macizo cuya legendaria construcción databa de la Edad Media. Centenares de artesanos y 250 empresas participaron en las obras, con un costo de unos 770 millones de dólares.