La defensa del normalismo rural y sus aportaciones en la transformación pedagógica del país; la exigencia al gobierno federal de elevar el financiamiento a las 16 escuelas normales rurales aún existentes en el territorio nacional –donde estudian más de 6 mil jóvenes, en su mayoría hijos de campesinos– y hacer transparente la asignación de esos recursos, serán ejes centrales para el nuevo comité ejecutivo del Frente Nacional de Egresados Normalistas Rurales (FNENR).

En entrevista con La Jornada, María de los Ángeles González Vega, egresada de la Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón de Saucillo, Chihuahua, y nueva presidenta del comité ejecutivo del FNENR para el periodo 2024-2027, destacó que tenemos el compromiso de trabajar en equipo por la defensa del normalismo rural, y esto implica reconocer y reivindicar su historia desde su fundación en la segunda década del siglo XX, y el importante papel que han tenido en el acceso a la educación para las poblaciones más empobrecidas del país.

Asegura que la razón que dio origen a las escuelas normales rurales, persiste. Hay pobreza, mucha necesidad, y eso demanda docentes formados para enfrentar múltiples desafíos. Tenemos que recordar que muchas normales rurales nacieron, en un primer momento, como instituciones formadoras de maestros , pero al mismo tiempo, también eran técnicos agrícolas.

Como parte de los resolutivos del Primer Congreso Ordinario sobre Normalismo Rural en el Siglo XXI, realizado el pasado 23 de noviembre en la Escuela Normal Rural Gral. Emiliano Zapata de Amilcingo, Morelos, la profesora de primaria en Delicias, Chihuahua, destacó que “uno de los temas centrales fue la demanda de un plan de estudios propio para las normales rurales, pues desde 1940, durante la presidencia de Manuel Ávila Camacho, desaparece los contenidos específicos para los maestros rurales.

Otra de las demandas centrales a los gobiernos federal y estatales, es que se garanticen los internados en todas las normales rurales, porque son el corazón de las escuelas. No sólo son espacios habitacionales, son lugares de construcción de colectividad y aprendizaje, que son muy importantes para la prácticas docentes.

A ello se suma que como FNENR, vamos a demandar que se reabran las 16 normales rurales que cerraron en 1969, con uno de los golpes más duros, como represalia al movimiento estudiantil de 1968, y que abrió un largo periodo de acoso y desprestigio en contra de nuestras instituciones.

En el FNENR, aseguró, estamos comprometidos a luchar por la defensa del normalismo rural, y estas peticiones que se presentaron en el Congreso, en su momento se integrarán como parte de un pronunciamiento y buscaremos a las instancias pertinentes para que nos escuchen, porque la defensa por el normalismo rural no se va a silenciar ni va a desparecer, resaltó.