Soy un músico que trata de transmitir un mensaje con el piano: Jorge Luis Prats
transmitir todas las emociones que son posibles en el ser humano. La imagen, en la sala Nezahualcóyotl, donde se presentará hoy.Foto Yazmín Ortega Cortés
Jueves 28 de noviembre de 2024, p. 6
Jorge Luis Prats, una de las grandes figuras del pianismo internacional, señala en entrevista con La Jornada: Yo no soy pianista, soy un músico que a través del piano trato de transmitir un mensaje
. Prats presentará este jueves un recital en la sala Nezahualcóyotl.
Al fondo del salón de ensayos, Prats (Camagüey, Cuba, 1956) hunde los dedos en el piano, como quien talla sonidos en el aire. Ensaya Preludio, coral y fuga, una de las obras más emblemáticas de César Franck, compositor belga y uno de los grandes exponentes del romanticismo tardío.
Más que romántico, esto es algo serio; se toca poco por su complejidad
, asevera en un primer momento a su acompañante, al hacer una pausa en su práctica. Luego toma conciencia del suelo que pisa y suelta: ¡Está cabrón!
Durante el descanso, el intérprete plantea a este periódico los retos que enfrenta la música de piano en cuanto a ejecución y composición. Pero también resalta el interés del público por los conciertos y su papel para unir a la humanidad en contextos adversos.
Retos en la música
Hay una moda actual que a mí no me gusta mucho, en que la mayoría de los pianistas tocan igualito uno que el otro. Convocas a un concurso y hacen lo mismo, como si fueran calcas. Yo digo: ¿dónde está la parte sensible de todo esto?
Prats se distancia de esta tendencia. Asegura que su propósito cuando está frente al instrumento es transmitir todas las emociones que son posibles en el ser humano. Todos los sentimientos están presentes en las obras que tenemos; los compositores eran seres humanos y escribían con la intención de comunicarlos
.
Opina que la música es el arte más abstracto del mundo, porque cuando tú pintas un cuadro te quedas con él, lo puedes tocar. Cuando se acaba un concierto, no tienes nada más que aquello que pudiste sentir, eso que viviste
.
Para evocar sensaciones en el público, plantea, el manejo del tiempo es de la mayor relevancia. Una décima de segundo puede ser muy temprano o muy tarde, y un milímetro es la nota de al lado
, explica sobre la precisión técnica necesaria para interpretar el repertorio clásico.
Sin embargo, más allá de la ejecución, señala otro desafío importante: la creación de obras nuevas que conecten con el público.
Desde su punto de vista, el siglo XX marcó una crisis en la composición cuando la búsqueda de experimentación sonora comenzó a eclipsar la emotividad que caracterizaba a los grandes maestros del pasado.
“Se dice que el resultado de esas prácticas es música, pero yo todavía no estoy muy seguro. Para Schubert, una buena obra es aquella que cuando acabas de tocarla, la gente puede cantarla, y si no, entonces no es buena.
Eso me pasa constantemente con el siglo XX: me presentan piezas que no se quedan en mi memoria. Se siembran como una impresión, pero no como una emoción, y nosotros somos seres emocionales.
A pesar de los desafíos que prevalecen, resalta el apoyo del público. El gusto por ir a los conciertos se mantiene intacto, incluso a pesar de la pandemia. La gente va a las presentaciones porque quiere escuchar la esencia humana
.
Un rasgo distintivo de Prats es que abarca desde música clásica europea hasta piezas de compositores latinoamericanos. Cuando se le pregunta qué es lo que lo motiva a tener un repertorio tan diverso, él responde que no es algo que tenga presente.
Yo sé que mi repertorio es grande, porque cada vez que me hablan de una obra, me la sé. Todas las partituras que me llegan, las aprendo inmediatamente. Una maestra me decía que tengo una muy buena primera vista (la habilidad de tocar una partitura en cuanto se la presentan).
Tecnologías y mensaje a jóvenes
Frente al auge de nuevas tecnologías y entretenimiento digital, Prats se encuentra tranquilo. Ninguna máquina puede hacer lo que un ser humano; aunque un artefacto pueda llegar a todos los planetas del universo, no puede sustituir el sentimiento humano y la percepción humana del problema. No tengo la menor preocupación por ninguna máquina
.
Al contrario, cree que en un mundo de transformaciones sociales, con guerras en diversas partes, lo que nos salva es la música.
“El poeta Martí decía que cuando las palabras acaban, empieza la música. Cuando a usted se le acabó toda la ira que genera hablar de la política y de la ambición de los hombres, que es casi lo mismo, todavía no ha llegado a la música. Después de que usted se calle, empieza la música.
La gente que se dedica a la violencia o a la guerra me da lástima, porque se pierden de este breve espacio donde estamos. Ellos deben tener envidia de mí, de los músicos, porque no llegan a esto, se quedaron en un nivel más bajo.
Prats debe regresar a los ensayos, pero antes adelanta que entre sus planes para 2025 está retomar el estudio de la suite para piano Iberia, escrita por Isaac Albéniz entre 1905 y 1909 (año de la muerte del compositor), una recopilación de la idiosincrasia española especialmente andaluza y flamenca, que es precioso, pero es una forma muy particular de abordar el instrumento
.
Mientras tanto, tiene palabras para los jóvenes músicos: vivan todas las oportunidades que se les presenten y después llévenlas a la música. Alguien que participa de todas las virtudes: la belleza, la pintura, la danza, el sexo, y las conoce a profundidad, puede llevarlas a la música
.