El gasto de la gran mayoría de los estados depende en más de 80 por ciento de las transferencias federales, sobre todo las entidades más pobres del sureste del país, cuyos ingresos propios no rebasan 6 por ciento, alertó un estudio de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

En una reunión de trabajo de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, el auditor especial de gasto federalizado de la ASF, Emilio Barriga Delgado, resaltó que las transferencias representan la principal fuente de ingresos de los estados, lo cual destaca la significativa dependencia de las entidades federativas y municipios respecto de estos recursos.

En 2023, señaló el auditor, el gasto federalizado representó 29.4 por ciento del gasto neto total de la Federación, el cual ascendió a 8 billones 162 mil 986.8 millones de pesos, por lo que casi una tercera parte del Presupuesto de Egresos de la Federación fue operado por las entidades federativas, los municipios/alcaldías y sus entes públicos.

El ejemplo más ilustrativo de la dependencia de los estados con respecto al gasto federalizado –que se transfiere a través de más de 70 fondos y programas– es Guerrero, que sólo genera 2.8 por ciento de los recursos que necesita, de acuerdo con estadísticas de 2022. Oaxaca únicamente recauda 4.4 por ciento de sus fondos; Chiapas, 5.2; Tlaxcala, 6.2; Tabasco, 6.8; Morelos, 7.4, y Michoacán, 7.8 por ciento. Por el contrario, las entidades que menos dependen de los recursos federales son la Ciudad de México (55.8 por ciento de sus fondos tienen ese origen), Nuevo León (74.5 por ciento) y el estado de México (74.6).