Miércoles 27 de noviembre de 2024, p. 4
En medio de una gira, el comentario casual de un amigo español quedó grabado en la mente del coreógrafo Jaime Camarena: Vosotros los mexicanos padecéis invalidez emocional
.
La frase se convirtió en el punto de partida de una exploración que lo llevó a la creación de la pieza coreográfica En código bolero: La dulce limerencia, que llega ahora al Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Camarena, también director de la compañía A Poc A Poc, recordó cómo aquella reflexión lo llevó a sumergirse en la historia de este género musical que llegó a México desde Cuba y que, con su melancolía poética, desafió las estructuras románticas del siglo XIX.
El bolero legitima amores no correspondidos o imposibles; es una educación emocional en sí misma
, explicó el coreógrafo en entrevista con La Jornada. Con ese legado como inspiración, decidió fusionar la danza contemporánea con los boleros clásicos y crear una cartografía de los sentimientos amorosos que atraviesan generaciones.
El escenario se transforma en un salón de baile de otra época, donde los cuerpos de los bailarines exploran la dulzura y el tormento de la limerencia, ese estado de enamoramiento obsesivo
que, según Camarena, comparte raíces neuroquímicas con las adicciones. La danza, guiada por la poesía de Rojo Córdova, conecta el pasado con el presente. Desde la cabina de radio que recrea, el poeta introduce y enlaza cada pieza y transporta al público por un viaje de amor y desamor.
En escena, 11 bailarines interpretan las piezas de íconos como Agustín Lara, Benny Moré y Toña La Negra, mientras la voz de Córdova resuena como un locutor que revive las noches de serenatas y lágrimas compartidas.
Camarena asegura que el reto fue diseccionar los boleros en códigos estéticos, interpretativos, musicales y poéticos, para crear un lenguaje coreográfico original que conecte con el público contemporáneo.
Presentada por primera vez en 2017 en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, Camarena destacó cómo, en cada presentación, la reacción de los asistentes varía, pero el sentimiento universal de estas composiciones permanece intacto. Es un fenómeno de empatía: todos hemos llorado alguna vez nuestra desgracia amorosa con un buen bolero
, añadió el coreógrafo.
La importancia de mantener vivo este género, declarado patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco en 2023, es central para Camarena, ya que el bolero está en todos lados; puede parecer que llama menos la atención, pero sigue siendo una tradición viva que merece ser celebrada. Su fusión con la danza contemporánea es excepcional
.
Después de los años de pandemia y formatos reducidos, la compañía A Poc A Poc regresa con una temporada completa de un espectáculo que tocará las fibras más sensibles; un homenaje a nuestra cartografía amorosa, donde cada bolero cuenta una historia que, de alguna manera, todos hemos vivido
, concluyó Camarena.
En código bolero: La dulce limerencia se presenta los jueves y viernes a las 20 horas, los sábados a las 16 y 19 y domingos a las 18 horas en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Río Churubusco 79, colonia Country Club Churubusco, alcaldía Coyoacán).
La entrada cuesta 150 pesos; los miércoles hay descuento de dos por uno y los jueves los boletos se venden en 30 pesos. La temporada concluye el 8 de diciembre.