Sábado 23 de noviembre de 2024, p. 10
Bakú. La presidencia azerbaiyana de la Conferencia sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (COP29) concluyó ayer con la petición de que los países ricos contribuyan con 250 mil millones de dólares anuales a las finanzas en la materia de los países en desarrollo hasta 2035, proyecto que rechazaron organizaciones no gubernamentales y varias naciones.
La cifra es más del doble del objetivo anterior de 100 mil millones de dólares anuales que se definió hace 15 años, pero menos de una cuarta parte de la cantidad solicitada por los países en desarrollo con más afectaciones por el clima extremo, pero las naciones ricas afirmaron que es un monto realista y aproximadamente el límite de lo que pueden hacer.
En un comunicado, la presidencia azerbaiyana indicó que el nuevo texto de financiación climática es el resultado de una consulta que se prolongó hasta las primeras horas de la mañana.
Más temprano, la presidencia anfitriona también pidió que colaborarán para llegar a propuestas intermedias
que permitan finalizar el trabajo en Bakú
.
En el último día de la COP29, muchos activistas expresaron que es mejor volver sin un acuerdo que con la cifra propuesta para la financiación climática.
Eduardo Giesen, director para América Latina de la Campaña Global para Exigir Justicia Climática, consideró que los países del sur, e incluyo a nuestros gobiernos de América Latina, tampoco han estado realmente a la altura
.
Para lograr un resultado significativo, las naciones ricas deben presentar una oferta audaz al sur global. Ahora tenemos la mirada puesta en la Unión Europea y en el Reino Unido en particular, para que den un paso adelante
, declaró Andreas Seiber, director asociado de políticas y campañas de 350.org.
Por su parte, la ministra de medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, propuso 300 mil millones de dólares al año hasta 2035, fecha en que el monto deberá incrementarse a 390 mil millones anuales.
En los pasillos del estadio de la capital azerbaiyana, antes del cierre de actividades, se escucharon críticas de negociadores y organizaciones no gubernamentales por la gestión de la conferencia, en la que participan unos 200 países, tras casi dos semanas de encuentros.
La próxima cumbre, COP30, se celebrará en la ciudad brasileña de Belém el año que viene, una cita importante para la región.