Sábado 23 de noviembre de 2024, p. 5
Lo dijo Gabriel García Márquez: sólo mejor que la música es hablar de música y compartirla
. A partir de esa divisa retomada del Nobel colombiano, quien era uno de los asiduos del lugar, la promotora cultural Magdalena Rodríguez no ha cejado en su empeño de mantener vivo al Sikeiros Piano Bar, uno de los bastiones de la bohemia en la capital de la República Mexicana y enclave de escritores, artistas y demás personalidades de los ámbitos intelectual y la farándula.
Luego de una trashumancia de poco más de seis meses por espacios del valle de México y de mantenerse a flote como proyecto itinerante, ese emblemático espacio reabrió el jueves en el Centro de Coyoacán, para proseguir sumando noches de encuentro, música y canto a su entrañable historia de casi un cuarto de siglo, que cumplirá en febrero próximo.
Esta nueva sede (calle Salvador Novo 8, barrio de Santa Catarina) ha sido posible gracias a su alianza con el restaurante Pink, que, además de brindar servicio de alta cocina internacional, decidió ampliarse como una propuesta bohemio-cultural.
Es muy importante para nosotros que el Sikeiros vuelva a tener casa, porque en febrero cumplimos 25 años y queremos hacer una gran celebración. Confío en que sea en este hermoso lugar de Coyoacán
, expresó Magdalena Rodríguez, propietaria del piano bar.
Encontrar la casa adecuada no ha sido fácil, parece que ya la tenemos, pero falta que nos guste y que le gustemos al restaurante Pink. Somos dos proyectos que nos encontramos y nos tenemos que querer para, juntos, compartir lo mejor de a nuestros visitantes, que a la gente le guste volver al Sikeiros. La parte más importante es que el bohemio y el cantante se sienta a gusto en este lugar y lo hagamos nuestra casa.
Después de 14 años en el Polyforum Cultural Siqueiros y siete en el hotel Marquis Reforma, este epicentro de la bohemia capitalina debió cerrar por la pandemia. A principios de 2024, la promotora cultural y empresaria tamaulipeca retomó el proyecto con el fin de reposicionarlo y tenerlo a punto para la celebración del 25 aniversario.
En meses recientes, cuenta, exploró opciones para establecer el piano bar. Entre ellas, la Cueva de Rodrigo y luego en el restaurante Madre Café, sin que ninguna llegará a consolidarse, y el Sikeiros se convirtió así en proyecto itinerante.
El Pink tiene todas las condiciones para establecernos, al ser un sitio donde puedo realizar presentaciones de libros, conferencias, exposiciones y diplomados de historia del arte. Es una casa lindísima, con salones privados y jardínes. Entonces, aquí podré retomar mi hacer y quehacer en la promoción de la cultura
, señala.
Además de las noches bohemias todos los jueves, Magdalena Rodríguez proyecta una cátedra sobre Salvador Novo (1904-1974) –aprovechando que estamos ubicados en la calle que lleva su nombre
–, así como lecturas de la obra poética de ese autor y, si lo permiten, musicalizarla.
Asimismo, adelanta que propondrá al escritor Gonzalo Celorio presentar su libro Mentideros de la memoria, en el que dedica un capítulo al Sikeiros Piano Bar, además de que prepara una serie de diplomados de introducción a la historia del arte, en los que abordará las épocas prehispánica, colonial y contemporánea.
Por más de 20 años, el Sikeiros ha sido un lugar de bohemia y cultura, un punto para reunirse, disfrutar y compartir. La bohemia es música, canto y la unión de amigos. Aquí somos un clan, una familia que nos reunimos en torno al piano para cantar y celebrar la vida
, subraya la promotora cultural.
Como informó este diario en su edición del pasado 29 de marzo, en sus anteriores sedes el Sikeiros Piano Bar se consolidó como una de las más refulgentes opciones para quienes gustan de la bohemia. Entre sus asiduos y recurrentes, recibía a figuras como Gabriel García Márquez, el cronista Carlos Monsiváis, los cantantes españoles Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat, así como el compositor mexicano Armando Manzanero, el narrador colombiano Álvaro Mutis, el cantautor cubano Silvio Rodríguez, el cantaor madrileño Diego El Cigala, y otros músicos y artistas internacionales que visitaban tierras mexicanas, así como infinidad de personajes de la vida pública nacional.
A la reapertura del Sikeiros acudieron decenas de sus incondicionales y amigos, entre ellos el microempresario Germán Mier y Concha, quien a sus 58 años ha concurrido desde hace poco más de dos décadas, por esa inigualable magia
que, afirma, concita un espacio de esta naturaleza. Fue una velada de casi cinco horas entre los apetitosos aromas de los platillos –el pulpo a las brasas es la especialidad del lugar–, bebidas y un vasto repertorio de canciones de amor y desamor en voz de los asistentes, acompañados al teclado por Martín Enríquez.
En principio, el piano bar operará los jueves de las ocho de la noche a una de la madrugada, si bien la idea es extender las noches de bohemia también a los viernes, en el mismo horario. El Pink se encuentra en las instalaciones del Instituto de Administración y Avalúo de Bienes Nacionales.