En el acto de entrega en Puebla, la narradora y periodista recordó los momentos que vivió con sus hijos y su esposo en Tonantzintla
Jueves 21 de noviembre de 2024, p. 3
Puebla, Pue., La escritora Elena Poniatowska Amor (París, Francia, 1932) suma un nuevo reconocimiento a su prolífica carrera literaria, periodística, crítica y de leguleya científica
, como se describió ella misma. Este miércoles recibió la Medalla Carmen Serdán, presea instituida en honor de una de las hermanas Serdán quien peleó, defendió y sostuvo su acción revolucionaria en Puebla, que la también periodista aceptó conmovida, tanto o más que la primera vez que su esposo, Guillermo Haro, la llevó a conocer un telescopio y ver las estrellas.
Con un traje tradicional rojo del Istmo de Tehuantepec, el mismo que utilizó al recibir en 2013 el Premio Cervantes, el mayor galardón de la lengua española, la autora de La noche de Tlatelolco sonrió y sostuvo su mirada al cielo, el mismo que vio hace años al lado de Guillermo Haro, quien fue director del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), con quien vivió en Santa María Tonantzintla y a quien recordó a lo largo de su discurso de agradecimiento.
Se ven ustedes muy bonitos en esta mañana soleada, totalmente inesperada, porque a los 93 años una ya no espera de la vida estos regalos, bajo el cielo de Puebla, que es una ciudad que desde hace años amamos y admiramos toda mi familia Haro, todos mis hijos, que son tres. Pero también si ustedes lo quieren, yo los quisiera recibir como hijos
, expresó Poniatowska, acompañada por el gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, y el presidente municipal José Chedraui Budib, entre otros funcionarios públicos.
Visiblemente contenta, aseveró que pocos son los héroes mexicanos ligados al intelecto y al pensamiento creativo y congruente de la Revolución Mexicana, como los hermanos Serdán, quienes en 1873, cuando nació Carmen, comenzaron un linaje extraordinariamente de patriotas que dieron no sólo la fe y la certeza de una patria intelectual y creativa, precursora de la revolución que había de estallar casi 40 años después, sino también la del advenimiento de patriotas de la talla de una familia absolutamente excepcional
.
La colaboradora de La Jornada enlistó a Natalia, Carmen, Aquiles y Máximo como hombres y mujeres que han pasado a la historia como héroes, no sólo de Puebla, sino de todos nosotros
, y de otros intelectuales que ocupan un lugar preponderante en la historia.
Poniatowska Amor, también merecedora en 1971 del premio literario Xavier Villaurrutia, que rechazó, por su novela Lilus Kikus, recordó a su esposo y la manera en que él sentía verdadera devoción
por la familia Serdán, pues “le parecían lo mejor de México.
Él me comunicó su cariño y su devoción, ya que Tonantzintla y el INAOE fueron clave en los primeros años de la vida de nuestros hijos, quienes fueron bautizados y se casaron en la misma iglesia
de la localidad, contó a manera de anécdota.
Añadió que a Guillermo Haro le daría especial sentimiento
verla recibir esta presea, porque él amo a Tonantzintla y a Puebla como a su vida misma
, ya que la primera le regaló las estrellas de un cielo nocturno claro y generoso
, que luego fue opacado por la luz de la ciudad de Puebla, sus plazas, monumentos y calles.
Poniatowska recordó que de Puebla también recibió en 2002 el doctorado honoris causa que le dio la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la cual también le otorgó en 2013 el premio a la Excelencia Académica en el campus de Tehuacán.
Ahora que esta muy querida ciudad de Puebla decide darle a esta leguleya de la ciencia un nuevo reconocimiento con el nombre de la heroína poblana, emisaria intelectual de la Revolución Mexicana, cuyo patriotismo detonó el inicio de la vida política, intelectual y cultural de la nación, reitero con humildad la devoción que tengo por la ciudad de Puebla, por sus habitantes y por sus niños
, aseveró señalando con la mirada a algunos de los menores que estaban presentes en el acto.
Agradeció también a Tonantzintla, a su esposo extraordinario
, Guillermo Haro, y a sus hijos Emmanuel, Felipe y Paula, que de cierta forma podrían ser también poblanos
y fueron un regalo de las estrellas azules
, las mismas que descubrió su esposo al apuntar el cielo de Puebla.
Nada podría honrarnos más que esta medalla de la valiente y admirable Carmen Serdán, que me han entregado como un honor inmerecido que me conmueve. Y seguramente ustedes lo notan en mi voz y mi actitud, tanto o más como la primera vez que el director del INAOE decidió llevarme a conocer un telescopio
, finalizó con la voz entrecortada.