Martes 19 de noviembre de 2024, p. 8
El músico Alexandro Guerrero presentó en París, Francia, un concierto con canciones del México revolucionario y contemporáneas ligadas a los movimientos sociales.
Memoria y Revolución es el título de la velada en El Zókalo, un pequeño foro cultural de raíz mexicana en el barrio Belleville, que ofreció en el contexto de la conmemoración del movimiento armado que inició en 1910 contra la relección de Porfirio Díaz, pero con el deseo de generar más cambios sociales.
El repertorio hizo un recorrido por distintos proyectos con influencia del folk, la trova anarquista, el blues y el rock. Lo que he hecho ha tenido que ver con agrupaciones que exploran el cabaret y va en una especie de investigación, no tanto de la trova o la canción de protesta, como de los orígenes que están más vinculados a la canción de corte poético de canto en Francia y lo que se ha hecho en Casa de las Américas en Cuba
, detalló el intérprete en charla con La Jornada.
Algunas canciones las escribió a partir de la obra de Carlos Montemayor. Se incluyen un par de temas tradicionales de la lucha revolucionaria y un encore con rancheras en homenaje a Judith Reyes, pionera de la canción de protesta.
El concepto del concierto giró en torno a función de la canción en la construcción de una memoria histórica, con temas vinculados a los movimientos sociales en México a partir de la segunda mitad del siglo XX y en el hecho de que lugares en la capital del país que fueron cárceles o centros clandestinos de detención se han convertido en lugares de conmemoración y remembranza del pasado.
Memoria es también el título del poema de Carlos Montemayor que Alexandro Guerrero musicalizó y forma parte del homenaje que interpreta para recordar al escritor, traductor y defensor de las lenguas indígenas, fallecido en 2010.
Pocos días después de la muerte del poeta mexicano, “decidí hacer canción el poema Memoria, entrar en el género de la mejor manera”. Luego se convirtió en un recital que fue sumando más piezas a partir de otros poemas, tales como Dejo abiertas las puertas, Elegía de Tlatelolco y Apuntes del exilio. Hay otras composiciones a partir de la narrativa de Montemayor, incluida una que retoma un capítulo de Guerra en el paraíso, con el tema de la persecución que tuvieron los guerrilleros vinculados a Lucio Cabañas.
Existe una composición muy especial que surgió a partir del que se considera su poema final y que dedicó a un amigo italiano, el poeta Tito Maniacco, quien falleció unas semanas antes que Montemayor. “Lo último que queda escrito es ese poema, que como canción se llama Jornada hacia la luz”.
En una entrevista con La Jornada en 2019, el artista escénico manifestó que la música y la poesía son herramientas vitales para manifestar ideologías, consignas de lucha, evocar situaciones o sentimientos, ante un México que padece varias dificultades, pero donde aún hay esperanza.