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Resbalón de Hacienda // UNAM-IPN, sin recorte // Oposición carece de memoria

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▲ En febrero de 2000 la Policía Federal entró a CU para acabar con la huelga. Seis años después el golpe financiero a la UNAM corrió a cargo de los prianistas.Foto La Jornada
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remendo resbalón de la Secretaría de Hacienda: en la presentación del paquete económico 2025 se registró un recorte presupuestal para la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), lo que ocasionó una fuerte crítica de prácticamente todos los sectores de la sociedad, pues si algo necesita la educación pública superior es, precisamente, mayores recursos (amén de una urgente limpia en su burocracia dorada), tal cual lo requieren las demás instituciones de educación superior del Estado.

De inmediato, Hacienda divulgó un comunicado y en él atribuyó a un lamentable error el supuesto recorte presupuestal a la UNAM y el IPN, e informó que “ya se trabaja con la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados para asegurar que ambas instituciones educativas tengan un aumento respecto al año anterior de 3.5 por ciento, como fue la instrucción de la Presidenta de la República… El gasto en educación contemplado en el presupuesto 2025 se incrementa en 11 mil 869 millones de pesos y el gobierno federal refrenda su compromiso irrestricto con la educación y principalmente con las instituciones de educación pública que son un pilar fundamental para el desarrollo social de México”.

Esa fue la respuesta oficial al lamentable error, difundido urbi et orbi, pero a la supuesta oposición no le importó dicha aclaración y, sin considerarla, desató, como acostumbra, una feroz campaña en contra del gobierno federal acusándolo de incumplir sus promesas a escaso mes y medio de entrar en funciones.

Pero la siempre cómoda oposición recurrió a su selectiva y conveniente falta de memoria, que en ella ya resulta alucinante. Obviando el lamentable error y escondiendo la citada aclaración, se le fue al cuello a la presidenta Sheinbaum sin recordar la sucia intentona de privatizar la educación pública en México (especialmente, aunque no únicos, en los sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto) para convertirla en otro jugoso negocio.

Cómo olvidar aquel diciembre de 2006, cuando la Cámara de Diputados –infestada de prianistas– aprobaron el primer paquete económico de Felipe Calderón. En esa ocasión, el panista Raúl Padilla Orozco, presidente de la Comisión de Presupuesto, ex titular de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio y yunquista, se mostró feliz por el tijeretazo presupuestal que el Borolas aplicó a la UNAM: qué bueno que a la Universidad Nacional Autónoma de México se le redujeron los ingresos para 2007; no podemos seguir inyectando dinero a la educación (pública) si no tenemos resultados académicos de los estudiantes que sean loables.

En su primer Presupuesto de Egresos (2007, aprobado en diciembre de 2006), Calderón ordenó un recorte de 900 millones de pesos (equivalente a casi 2 mil millones actuales) a la UNAM y de 300 millones (más o menos 650 millones de hoy) al IPN, y menores asignaciones al resto de universidades públicas.

De eso, los gritones de hoy tampoco se acuerdan, y el recorte calderonista fue real, no un lamentable error. De hecho, en 2008 el tal Borolas exigió al entonces rector (José Narro Robles) recortar su presupuesto en 4 mil 500 millones de pesos, porque ese monto se destinaría a subsidiar el programa de investigación y desarrollo de tecnología (“invento foxista replicado por Calderón que a lo largo de los años significó miles de millones de pesos del erario, amén de que las patentes se registraban a nombre de los beneficiarios privados) de los grandes corporativos nacionales y trasnacionales (todos con enormes utilidades, voluminosas devoluciones de impuestos y no pocos evasores del fisco) establecidos en nuestro país (de ello dio puntual cuenta la ex directora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, María Elena Álvarez-Buylla).

Aún menos recuerda las recomendaciones de la OCDE para que, a partir de 2009, el gobierno federal aumentara las cuotas y redujera el subsidio público a la UNAM y a las universidades del Estado. El entonces titular de la SEP, Alonso Lujambio, dijo que ellas tienen que contribuir al recorte presupuestal y deben meter el hombro, y aplicó otro tijeretazo presupuestal: 800 millones de pesos para esas instituciones (hoy ese monto equivale a cerca de mil 600 millones en términos reales).

Entonces, memoria convenientemente selectiva que a esa oposición la hace hoy reclamar.

Las rebanadas del pastel

Oootrooo sabadazo del Poder Judicial: el ex gobernador Javier Duarte, con un pie fuera de la cárcel. Y después reclaman.

Twitter: @cafevega