Opinión
Ver día anteriorDomingo 17 de noviembre de 2024Ediciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Confrontación de miradas
E

l Museo Archivo de la Fotografía (MAF), que se encuentra en el corazón del Centro Histórico, junto al Templo Mayor, presenta la exposición Para que la cuña apriete, de Francisco Mata Rosas, excepcional fotógrafo capitalino que ha plasmado su amor por la Ciudad de México en imágenes notables, ha sido también viajero curioso que lo ha llevado a recoger con su lente momentos y lugares que conforman una obra vasta y emotiva.

Sus inicios en la fotografía profesional se remontan como fotoreportero a lo largo de seis años en el periódico La Jornada. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la maestría en artes visuales en la UNAM.

Ha recibido diversos reconocimientos desde 1988 con el Premio de Adquisición en la Bienal de Fotografía Mexicana, hasta el más reciente: Honor of Distinction in Photojournalism, Black and White Spider Awards en el 2006. Su obra se ha publicado en varios de los principales periódicos y revistas de Estados Unidos, España, Canadá, Italia, Francia, Inglaterra y México en donde también ha exhibido sus trabajos.

En esta exposición, a través de 67 imágenes, se muestra la labor de cuatro series fotográficas de las más representativas de su trayectoria profesional de casi cuatro décadas: La Ciudad de México: su primer gran amor; Al extremo; Disyuntiva agua/tierra y Encuentro de miradas.

Sus fotografías reflejan más allá de rostros y lugares, historias que rodean al autor que, como declaró en una entrevista, fotografiando al otro nos retratamos a nosotros mismos.

La fuerza de las imágenes invitan a establecer un diálogo y tienen múltiples lecturas que propician una confrontación de miradas. Mata Rosas ha dicho que más allá de cómo se ve la imagen, es más importante cómo se lee.

Las fotografías que recogen escenas de los migrantes en su lucha por cruzar son profundamente conmovedoras y muestran, como varias otras, la esencia de la esperanza y resiliencia en el México actual.

La edificación que alberga el MAF se conoce como Casa de las Ajaracas, por la ornamentación de yesería tipo mudéjar de la fachada y data del siglo XVIII, aunque el interior fue totalmente modificado en los años 40 del siglo XX.

Es casi seguro que fue parte del Templo Mayor, ya que en el predio adjunto se encontró la escultura monumental de la diosa Tlaltecuhtli. Un tiempo se le conoció como Casa del mayorazgo Nava Chávez, prominente familia con orígenes en el siglo XVI.

A lo largo de los siglos la mansión tuvo diversas modificaciones; una de las primeras la realizó el canónigo Pedro de Nava para habitarla y rentar locales. Otra fue después de la inundación de 1629, que mantuvo la ciudad anegada durante cinco años. La última remodelación se realizó entre 1755 y 1756 y es el exterior que básicamente conserva en la actualidad.

Se dice que aquí estaba la vecindad donde nació el destacado fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, quien falleció en 2002, a los 100 años de edad. En este sitio privilegiado se encuentra el MAF, cuyo acervo está compuesto por imágenes poco conocidas de distintos autores nacionales e internacionales, lo que le permite exponer muchos de los momentos más relevantes de la historia de México,

Esta ubicado en República de Guatemala 34 y la exposición de Mata Rosas va a estar abierta al público hasta el 26 de enero de 2025, así es que hay tiempo para verla.

A unos pasos, en el número 30 de la misma calle, otra antigua casona alberga el restaurante La Boquería Centro, que ofrece sabrosuras de mar, entre otras, distintas recetas de aguachiles; el de la casa me encantó, con los camarones ligeramente tatemados. También hay tiraditos, tacos y tostadas que pueden ser de atún, salmón, pulpo, camarón y pescado.

Hay ricos desayunos que seguramente son muy apreciados por los huéspedes del Hostal Mexiqui Zócalo, que queda en la parte de atrás. Una gran opción para viajeros con presupuesto limitado.

La casona que lo alberga es muy antigua y bien restaurada, y conserva muros de piedra del siglo XVI. Tiene una agradable terraza exterior desde donde se admira un costado de la Catedral.