Viernes 15 de noviembre de 2024, p. 23
Pekín. Las medidas que integran el paquete fiscal recientemente presentado por el gobierno chino pueden parecer insuficientes al no contener un mecanismo directo de apoyo al consumo, pero crean un espacio fiscal crucial para que los gobiernos locales reanuden los patrones normales de gasto e inversión
, al tiempo que deja margen para ajustes adicionales ante cualquier presión que pueda ejercer la próxima administración de Estados Unidos sobre la potencia asiática, explicaron especialistas.
El paquete representa una primera fase estratégica, no un programa de estímulo completo. Su plazo de tres años proporciona a Pekín una considerable flexibilidad para calibrar la puesta en marcha en función de la evolución de las condiciones económicas y los acontecimientos externos, en particular los posibles cambios de política en Estados Unidos. La ausencia de subsidios al consumidor es decepcionante, pero estas poderosas herramientas siguen estando disponibles para su uso
, compartió Enodo Economics con La Jornada.
Detalló que, si bien los mercados pudieron centrarse en la ausencia inicial de subsidios directos al consumidor, la estructura del paquete aborda obstáculos económicos fundamentales al tiempo que mantiene la flexibilidad para medidas adicionales
. La firma de análisis macroeconómico agregó que “al abordar primero los desafíos de la deuda de los gobiernos locales, el paquete crea una plataforma más sólida para el crecimiento.’’
El 8 de noviembre el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional aprobó un paquete fiscal de 10 billones de yuanes que permite un aumento en el límite de deuda de los gobiernos locales. De acuerdo con el Ministerio de Finanzas chino, al cierre de 2023, la deuda oculta de este tipo de esas administraciones era de 14.3 billones de yuanes.
La medida se suma a otras que Pekín ha ido anunciando de manera escalonada, como la anunciada a finales de septiembre por el Banco Central de China que incluye la inyección de liquidez por 800 mil millones de yuanes y la reducción de medio punto porcentual en las tasas de interés para préstamos hipotecarios, como parte de una política para mejorar la confianza en la economía, impulsar el consumo y el gasto en inversión.
Aunque los mercados pueden ver esto como una mera limpieza de los balances, el alivio de la deuda crea un espacio fiscal crucial para que los gobiernos locales reanuden los patrones normales de gasto e inversión
, consideró Enodo Economics, luego de que el paquete fiscal no levantara el mismo ánimo que la inyección de liquidez anunciada en septiembre.
En un estudio aparte, Barclays destacó que el paquete es insuficiente, pese a que China tiene capacidad para medidas más amplias. La pregunta natural es por qué el gobierno se ha abstenido de introducir un estímulo fiscal más agresivo
, cuestiona el área de análisis del banco de inversión.
Si bien la presidencia de Trump aumenta la presión a la baja sobre el crecimiento, sigue siendo incierto cómo y cuándo Estados Unidos pondrá en práctica sus políticas comerciales y arancelarias hacia China. Esperamos que el gobierno chino introduzca paquetes fiscales adicionales por un valor de entre 5 y 10 billones de yuanes, aunque en varias etapas, mientras monitorea y reacciona ante la política estadunidense
, agrega Barclays.
En un reporte a inversionistas, agrega que para 2025 –suponiendo que el presidente electo Donald Trump aplique sólo la mitad de los aranceles de 60 por ciento sobre mercancías chinas mencionados durante la campaña– la escalada de las tensiones comerciales sino estadunidenses representarán un lastre de entre 0.8 y un punto porcentual en el crecimiento del PIB de China.
En previsión de una posible guerra comercial 2.0 de Trump, creemos que China contemplará un paquete de estímulo mayor, al tiempo que permite una depreciación moderada del yuan para mitigar el de la demanda externa
, enfatiza Barclays.