ifícil de creer que tanto los votantes como las figuras principales del Partido Demócrata no hayan podido salir de su asombro desde la primera llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos (2016) hasta su verdaderamente arrollador regreso.
Las élites no han logrado entender el significado profundo del trumpismo en la sociedad estadunidense, una potencia internacional con poco mas de 800 bases militares en el mundo que no puede gestionar de manera adecuada sus conflictos internos, como lo demuestra la incapacidad del sistema político para gestionar opciones viables al electorado, parte y parcela de la crisis hegemónica en curso.
Un tema de reflexión es la crisis del bipartidismo histórico. A decir de William Robinson, profesor de la Universidad de California en Santa Barbara, vamos rumbo a una crisis total del sistema político norteamericano
. Sin embargo, acota, “no se pueden entender los resultados electorales fuera del contexto de la crisis multidimensional, y sin precedente, del capitalismo global... Con o sin Trump, enfrentamos una creciente turbulencia financiera global y, con toda probabilidad, un nuevo colapso como el ocurrido en 2008. Las políticas propuestas por Trump agravarán la turbulencia en la economía global y las tensiones geopolíticas (William I. Robinson, Diario Socialista, 10/11/24)”.
A pesar de que hay un enfrentamiento de Trump con la clase política
a decir de Robinson, ambos partidos representan los intereses tanto del capital trasnacional como los del complejo militar industrial: Al igual que en la mayoría de los países, el establishment político estadunidense ha perdido su legitimidad ante las masas. El Partido Demócrata hace muchos años abandonó a la clase obrera multiétnica. Es un partido del neoliberalismo, de Wall Street, de los multimillonarios, del complejo militar-industrial y de la guerra. Los republicanos son peores
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El Partido Demócrata fue construyendo su propia debacle, distanciándose cada vez más de sus bases tradicionales, como eran la clase obrera, y las múltiples minorías, oligarquizándose, en tanto que la condición obrera se deterioraba hasta lo insólito: el voto obrero fue para Trump.
Entrevistada por Josefina Martínez y Matias Maiello (Red Internacional), Jimena Vergara, editora de Left Voice en Nueva York se refiere al contundente movimiento del voto latino del Partido Demócrata al Partido Republicano, una cuestión que ya se viene expresando como tendencia desde 2020, pero que fue rotunda en esta elección con 53 por ciento
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Otro tema fundamental fue el apoyo incondicional del Partido Demócrata al genocidio de Netanyahu contra la población Palestina, lo que provocó la reacción indignada de las y los estudiantes de prestigiosas universidades, pero que fueron reprimidos con brutalidad por la policía. El Partido Demócrata fue insensible al voto antigenocidio que alienó también a la comunidad árabe y palestina de aquel país.
La analista insiste en discutir con mayor cuidado el caso de la clase obrera que votó más por motivos económicos que ideológicos. Hay que poner atención al resurgimiento del movimiento obrero en Estados Unidos por el derecho a la sindicalización –como la lucha de Amazon y Starbucks– apoyado por más de 70 por ciento de la población, siendo también los importantes movimientos feministas y el histórico Black Lives Matter, parte del movimiento obrero
, siendo un reto para éste el emergente precariado, los sin empleo estable, tema excelentemente abordado por Adrián Sotelo, en su libro El precariado: ¿nueva clase social?, Editorial Porrúa, 2015, tema muy importante para entender el predicamento de los trabajadores inmigrantes, que también ha dividido a la clase obrera de EU.
Entre las muchas incógnitas que se abren, preocupa cómo en las últimas semanas de la campaña electoral, Trump se refirió en múltiples ocasiones al enemigo interno
y la necesidad de su violenta represión. A decir de Robinson, estos enemigos van desde los marxistas, los comunistas, los estudiantes rebeldes, el movimiento anti-genocidio y de solidaridad con Palestina, los periodistas, a los que hay que añadir a los migrantes, fuente de todos los males que lanzará a Trump contra México.
Los propios estadunidenses tendrán que resolver sus dilemas o sumergirse en una guerra civil, a decir del analista Pepe Escobar (El terremoto Trump
. Lahaine.org 8 /11/24) mientras Walter Fomento (Ciepe-Clacso) aseguró que Estados Unidos vive hoy una confrontación aguda, profunda, estructural y tiene carácter de guerra civil en ascenso
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