Toques
e lo que las palabras hacen con las palabras es de lo que se ocupa la literatura.
No faltará quién piense que el poeta habla al tanteo, pero habla al tacto.
El habla del poeta no es habla del poeta. Es habla del poeta que habita al poeta.
Hay que creer en uno, o –mejor dicho– en el uno que habita el uno, pero no hay que creérsela.
Al escribir no sólo escribes lo que quieres decir, sino, asimismo, lo que irrumpe como voz del escrito escribiéndose –inscribiéndose; acaso desde la inconsciencia (¿desde el lenguaje?)– en el poema con rumbo a la conciencia del escribiente que, si en verdad decidido a escribir, está obligado, suave o terriblemente obligado, a acatar en lo esencial, si no del todo, ese decir. Al escribir no sólo escribes, te (subrayado o no) escribes.
Un insomnio lúcido no es un insomnio.
Jugar es hacer que las cosas hagan juego.
En toda perfección hay una gran nostalgia, una especie de añoranza de: “que todo fuera así…”, o bien de: “si esto sólo fuera el comienzo de un todo que vendrá…” Lo perfecto punza, duele por eso. Se da en plenitud, pero esa misma plenitud, capaz y muy capaz de afirmar felicidad en este mundo, nos habla de la incompletud, de la general ausencia de la felicidad en este mundo (de ahí que la felicidad, siempre excepcional, como lo perfecto, no sin cierta frecuencia haga llorar).
He decidido ser quien soy, aun ignorando quién soy yo.
Pensar en imágenes es muy diferente a engatusar (o engatusarse a sí mismo, puede ser) con imágenes.
Arte que no te haga soñar y, a la vez, despertar, ¿qué arte será? // La calidad no nace de la ambición, sino de la humildad. // No hacer fiestas de XV años pensando en Viena. // Actuar como el calígrafo, que hace de sencillez perfección pura. // ¿Somos lo que seríamos si hubiésemos sido serios? // No remedemos poemas, hagámoslos. // ¿Estabas sentado frente al fuego / o soñabas, René, / que estabas sentado frente a él? // Si tu hacer no es un recibir, ¿qué estás haciendo? // De lejos, es preferible la consistencia a la fama. // Un enigma puede ser misterioso, pero un misterio no puede ser enigmático. // Admirar es fácil, llevadero; amar tiene su complejidad. // Quien ha dejado de ser mi amigo ya no me lee, o me lee con otro ánimo, expuso.