Martes 12 de noviembre de 2024, p. 9
Todo el interior art decó del Teatro Metropolitan, incluidas las esculturas estilo griego que vigilan el escenario, fueron pintadas de miel, producto de una revuelta colectiva entre el amor y desamor.
Lo peculiar de esta pugna, desatada el domingo pasado, es que, como las municiones fueron fabricadas con dopamina, los bandos se retiraron con heridas de nostalgia pero al final no hubo perdedor.
La energía del frente de guerra fue detonada por tres agrupaciones con muchos años de movimiento en el mundo de la música, cuyas estrategias están basadas en las relaciones afectivas románticas y los triunfos y derrotas de éstas.
Estos grupos lograron reunir en ese foro del Centro Histórico a abuelas y abuelos, a madres y padres, hijos y hasta nietos que se resisten a la frialdad de no sentir.
En ese teatro de la calle Independencia se reunieron las mujeres más románticas de México; los del equipo de los románticos
, con La Rondalla de Saltillo y sus 16 cantantes y músicos de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, la cual celebra su 58 aniversario.
También actuaron Los Solitarios y Los Terrícolas, que suman unas seis décadas de carrera, cuya esencia era un sonido de balada sicodélica setentera (por el uso de requintos lóbregos y órganos Nord) con piezas del cancionero popular romántico.
La reunión se llamó Tardes de Serenata, que dio comienzo con la cantante Brenda López haciendo remakes de Sonia López y la Sonora Santanera, con tres canciones de la conocida agrupación.
Aparecieron luego en el escenario Los Terrícolas de Freddy Fuentes, quienes desde Venezuela trajeron su inconfundible estilo. Formados en la década de los 70, alcanzaron fama con canciones cargadas de sentimientos profundos y letras plenas de pasión como Te juro que te amo, Luto en mi alma, Deja de llorar chiquilla y Hoy te confieso, éxitos de su vasto repertorio que se erigieron himnos que todos, incluso jóvenes, cantaron.
Un fenómeno tomó este planeta y lo conquistó con romance con el canto al amor
, dijo Freddy y luego sonó Llorarás y otros lacrimógenos temas que dejaron la huella de la contienda de amor.
Sufrir me tocó a mí
Los Solitarios, con décadas de camino, recargaron los arcos de San Valentín y las flechas impactaron en más corazones con rolas de tatuaje en humanos de décadas atrás; quedaron como cánticos para los amantes del género, destacándose por su melancolía y la sinceridad emocional.
No debes llorar, Lo que te queda, Ya se va y Sufrir, se escucharon e hicieron retumbar el foro.
Y que viva el amor... Siéntase como lo hacemos nosotros con estás canciones
, dijeron los oriundos de Tijuana, que soltaron Entre tú y yo y Ayer me dijeron. Desde 1969, el mundo se puso a sufrir
y sonó la pieza del mismo nombre.
Tras dos formidables presentaciones con encore, llegó la rondalla más importante del país y su estilo inconfundible de guitarras y voces armonizadas que evocan serenatas tradicionales, convirtiéndose en símbolo del romanticismo.
Dieciséis músicos empezaron con una de Roberto Carlos, Qué será; también ofrecieron Sabes una cosa, Te quiero y te extraño y La última canción, temas que han acompañado a generaciones de enamorados.