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China: políticas de estímulo económico en 2024
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as elecciones en Estados Unidos son importantes para China: el candidato Trump ha destacado aranceles de hasta 60 por cieno para las importaciones chinas (y hasta de 25 por ciento para el resto, incluyendo a México). Estas medidas pudieran afectar el crecimiento económico de China, esperado en alrededor de 5 por ciento en 2024 y a mediano plazo, aunque hasta el tercer trimestre del año el crecimiento del PIB ha sido más bien cercano a 4 por ciento.

Ante la incertidumbre anterior, el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China lanzó en septiembre de 2024 un grupo de iniciativas para estimular la economía en 2024-2025 y se espera que el Comité Permanente de la XIV Asamblea Popular Nacional culmine el viernes 8 de noviembre con medidas económicas adicionales.

¿Cuál es el contexto de estos estímulos económicos? En 2020 China fue de las pocas economías globales que crecieron (2.2 por ciento del PIB) no obstante el covid-19, aunque desde 2022 tampoco ha logrado superar las expectativas de crecimiento. ¿Las razones? Si bien las exportaciones, el sector manufacturero y múltiples iniciativas para apuntalar la innovación en cadenas globales de valor específicas han logrado resultados notables, particularmente la demanda doméstica en China sigue sin lograr recuperar los niveles previos a la pandemia; el sector inmobiliario juega un papel crucial al respecto.

El Buró Político en septiembre, por un lado, explícitamente buscó incentivar a los funcionarios a nivel local para hacerse responsables de nuevos instrumentos para promover el crecimiento e innovar, es decir, ir más allá de la disciplina política y la toma de decisiones burocratizadas y, específicamente en torno al mercado inmobiliario en aras de parar su caída y regresar a la estabilidad. Desde entonces se han tomado un grupo de medidas específicas. Por un lado, el Banco Popular de China redujo sus tasas de interés (de 2.3 por ciento a 2 por ciento), además de aumentar el financiamiento hipotecario, permitir el significativo relajamiento de las restricciones para la compra de nuevas casas y reducir el porcentaje de anticipo o desembolso inicial. Uno de los elementos fiscales principales permitiría reducir la deuda de los gobiernos locales en casi 300 mil millones de dólares vía financiamiento del Ministerio de Finanzas y recapitalizar a los grandes bancos por hasta 200 mil millones de dólares. Después de casi un lustro de restringir la adquisición de viviendas en contra de la especulación, hoy en día sólo Pekín, Shanghái, Shenzhen y Hainan cuentan con limitaciones al respecto. El contexto es importante: el sector, incluyendo construcción y otros vinculados con la vivienda, participa con casi 25 por ciento del PIB de China y las nuevas ventas anuales de inmuebles con el 6 por ciento del PIB; los precios de viviendas disminuyeron en la actualidad en un 9 por ciento (de su máximo a mediados de 2021) y las ventas de nuevos inmuebles representan en la actualidad el 60 por ciento de 2019.

A diferencia de las medidas fiscales resultantes de crisis anteriores, los estímulos actuales son mucho más cautos y en aras de apoyar a los gobiernos locales para reducir su endeudamiento y mejorar las condiciones y ventas de inmuebles vía políticas macroeconómicas y la eliminación de restricciones para la compra de nuevas viviendas. La expectativa del gobierno central chino es que los activos de las viviendas se recuperen y, así, logren superar el bajo dinamismo de los últimos años. Ante el apoyo a los gobiernos locales, en algunos casos, éstos pudieran adquirir viviendas que no logran venderse (por los desarrolladores privados) para ofrecerlas a precios más accesibles.

Uno de los objetivos del gobierno central en el último lustro fue reducir la especulación (las casas son para vivir en ellas, no para especular) y parece que están logrando avances importantes: los desarrolladores privados de inmuebles en China lograron representar hasta el 60 por ciento de las ventas anuales a mediados de 2021 y se redujo a 30 por ciento. Como contraparte, los desarrolladores públicos incrementaron significativamente su presencia en este sector crucial de la economía china. Los objetivos al respecto son varios. Por un lado, reducir el impacto político de los propietarios de estos desarrolladores privados (por ejemplo de Xu Jiayin, de Evergrande, entre muchos otros) y, por otro, reducir la espiral especulativa e inflacionaria de los inmuebles, también para hacer frente a la exclusión, particularmente para los más jóvenes (sin acceso a viviendas bajo estas condiciones).

Las lecciones para otros países, por ejemplo en América Latina y el Caribe, pueden ser significativas: reducción de tasas de interés, mejoría del acceso a viviendas vía créditos y condiciones hipotecarias, así como una mayor participación del sector público para reducir la exclusión (de jóvenes y otros). ¿Será?

* Profesor del Posgrado en Economía y coordinador del Centro de Estudios China-México de la UNAM

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