Economía
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Impuestos a la riqueza pasan al primer plano de la agenda global
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de noviembre de 2024, p. 19

La persistencia de la desigualdad, los elevados impuestos a la inversión productiva que limitan el crecimiento, y la continua falta de espacio fiscal propiciaron que gravar la riqueza se encuentre en la mesa de discusión de los países de América Latina y el Caribe (ALC) y del resto de las regiones, según el Banco Mundial. En su estudio Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento, a cargo de William Maloney, economista jefe para ALC, la institución financiera expuso que ese gravamen puede ser una vía para abordar esos tres problemas.

Los impuestos a la riqueza pasaron al primer plano de la agenda mundial, particularmente durante la presidencia brasileña del Grupo de los 20 (G-20), donde dichos impuestos son vistos como una herramienta para reducir la desigualdad, incrementar los recursos para luchar contra el calentamiento global y mejorar la gobernanza mundial, se comenta en el estudio.

También tienen el potencial de mejorar el crecimiento, desplazando la carga tributaria a las inversiones productivas, destacó el G-20.

El impuesto a la riqueza debe ser considerado como un elemento más de una reforma tributaria más amplia dirigida tanto a mejorar la equidad como a estimular el crecimiento, manifestó.

El Banco Mundial informó que la contribución potencial de un impuesto a la riqueza dirigido a las propiedades y correctamente administrado puede ser hasta de 3 por ciento del PIB de las naciones.

Aplicar impuestos a la riqueza neta de un individuo se ha puesto en práctica de diferentes maneras en todas las economías avanzadas. América del Norte apostó por impuestos a la propiedad e impuestos de sucesión.

Francia recientemente instauró un impuesto a la riqueza sobre los bienes inmuebles centrado en las propiedades de alto valor.

En cambio, la región de ALC presenta un bajo nivel de recaudación en torno a los impuestos a la riqueza, ya que representan 2.7 por ciento del total recaudado, comparado con 12.8 por ciento en América del Norte o 4.3 por ciento en Europa Occidental y Central.

Los países de ALC recaudan poco pese a que 80 por ciento de la riqueza en la región radica en bienes inmuebles, contrario a lo que sucede en países desarrollados, como reflejo de mercados financieros más profundos y mayor educación financiera.

Por otra parte, el Banco Mundial sostuvo que es poco probable que el impuesto a la riqueza contribuya de forma significativa a reducir los déficits fiscales de ALC, dado que la región alberga relativamente pocos billonarios como porcentaje de la población (0.1 billonarios por millón de habitantes, comparado con 2.1 en América del Norte).

Incluso, la riqueza de los 10 billonarios más ricos de ALC en conjunto apenas supera la riqueza del hombre más rico de Estados Unidos.

El Banco Mundial destacó que reformar los sistemas tributarios de ALC para darle mayor preponderancia a los impuestos a la propiedad mejoraría la equidad, promovería el crecimiento y generaría espacio fiscal.

No obstante, los beneficios no serían automáticos. Se debe invertir en capacidad administrativa, además de llevar a cabo tasaciones adecuadas para asegurar la progresividad, concluyó.