Al cierre del tercer trimestre, el presupuesto neto del sector público para cubrir las pensiones y jubilaciones de los trabajadores retirados se ubicó en un billón 42 mil 133 millones de pesos, un crecimiento nominal –sin descontar la inflación– de 10 por ciento frente a los 946 mil 198 millones de pesos de igual lapso del año pasado, revelan datos oficiales.

Según el más reciente reporte de finanzas públicas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), se trata de un nivel sin precedente para un periodo similar desde que existen registros, luego de que el mes pasado se rebasó la barrera del billón de pesos.

Los recursos destinados a este segmento durante los primeros 10 meses del año equivalen al 15 por ciento de los 6 billones 705 mil millones de pesos del gasto total del gobierno y a 21 por ciento de los 4 billones 834 mil millones de pesos a los que asciende el gasto programable, aquel que ya está etiquetado para proveer bienes y servicios públicos a la población.

Los recursos son empleados por el sector público para pagar a los jubilados del gobierno federal que se desempeñaron en empresas estatales como Petróleos Mexicanos o la Comisión Federal de Electricidad, así como a los registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, bajo la ley de 1973, régimen que cambió en 1997 para dar paso a las administradoras de fondos para el retiro (Afore).

Con la creación de las Afore se inició un régimen pensionario en el cual cotizan más de 70 millones de personas. Consiste en una jubilación basada en el ahorro de los trabajadores a lo largo de su vida laboral y ya no financiada por el Estado, como ocurría hasta 1997. Desde entonces, las obligaciones pensionarias que se generan ya no corren por cuenta del sector público.

En 2023 el gasto en pensiones del gobierno federal fue de un billón 302 mil 705 millones de pesos; de continuar con la misma tendencia, en 2024 se alcanzará un nuevo máximo histórico.

Durante décadas, el pago de jubilaciones es uno de los rubros que más han presionado las finanzas públicas debido a su exponencial crecimiento, el cual supera con creces el ritmo al que lo hace la captación de ingresos, razón por la cual diversos especialistas consideran las pensiones una bomba de tiempo.

Según la SHCP en 2010 el gasto en pensiones era de 343 mil 334 millones de pesos; para mediados de la década se disparó a 588 mil 585 millones de pesos y en 2020 se ubicó en 954 mil 172 mil millones de pesos.

Para 2021 este gasto gubernamental superó por primera vez en la historia la barrera del billón de pesos y se prevé que cierre 2024 en alrededor de un billón 500 mil millones de pesos. De cumplirse esta proyección, el gasto en pensiones del gobierno federal se habrá disparado alrededor de 330 por ciento en 14 años.