San Cristóbal de Las Casas, Chis., Con su lucha y resistencia por más de 20 años en defensa del territorio, la colonia Maya se ha convertido en un oasis en San Cristóbal y al mismo tiempo en una piedra en el zapato de las autoridades.

Dicen que a los habitantes de la colonia Maya nada nos gusta, que por todo protestamos, que somos revoltosos, pero no; lo que pasa es que hemos aprendido a defender nuestros derechos, a no permitir que nos impongan nada, dijo Eustasio Hernández, presidente de la mesa directiva.

Su primer acto de resistencia, recordó Pedro Álvarez, uno de los colonos, fue en 1998, cuando el hotelero y gasolinero Óscar Liévano intentó instalar una gasera en terrenos que colindan con la Maya.

Hicimos un plantón de 15 días hasta que se fueron los camiones. Ya habían colocado tres tanques conocidos como salchichas para distribuir el gas y ya lo repartían.

El entonces presidente de la colonia, Pedro Pinacho, fue amenazado, pero los colonos lo respaldaron. Fue la primera lucha fuerte que hicimos. Bloqueamos las entradas y así logramos que se fueran los trabajadores, contó.

Martín López López, otro de los vecinos, señaló que en esa ocasión se organizaron y marcharon, incluyendo niños de primaria acudimos al cabildo de San Cristóbal y rápido revocó los permisos.

Se unió toda la colonia, más de 400 familias, secundó Pedro Álvarez, quien manifestó que Liévano, con mucho poder, intentó después construir en los mismos terrenos un fraccionamiento, lo que originó nuevas acciones de resistencia.