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Tras 35 años, La Castañeda pone fin a su manicomio artístico y experimental sonoro

La banda se encuentra en una gira que terminará en 2025 // Cerramos un ciclo, necesitamos hacer una pausa, tomar un respiro y realizar proyectos personales, señala Omar De León

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▲ La agrupación con su estilo oscuro y teatral deja una huella en el rock alternativo mexicano.Foto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de octubre de 2024, p. 6

En plena madurez musical y libertad creativa, La Castañeda pone fin a un ciclo de 35 años de hacer historia con su manicomio artístico y experimental sonoro que se convirtió en un referente del rock nacional.

La banda integrada actualmente por Salvador Moreno (vocalista), los hermanos De León, Omar (teclados) y Oswaldo (guitarra) luego de anunciar su despedida, se encuentra en una gira que terminará en 2025, con fechas que ya tenían agendadas tanto en el país, como en el extranjero.

Una de esas presentaciones, es en el contexto del festival Noventeando Rock Fest, un evento que rindió homenaje a icónicas bandas de rock de la década de los años 90, que se efectuó ayer en el Centro Cívico de Ecatepec con la presencia de la Cuca, Kenny y los Eléctricos, Radio Kaos y un tributo especial a Santa Sabina, con algunos de los miembros originales de la banda, a la cual perteneció la inolvidable Rita Guerrero.

En 35 años, La Casta, como también se le llama al grupo, mantuvo un estilo musical único, con fusión de ritmos como el jazz, ska y el hard rock, enfatizando su visión artística en torno a la locura. De hecho, su nombre alude al mítico manicomio, de negras y misteriosas historias, el cual fue inaugurado en el porfiriato y clausurado en 1968. De su repertorio, quedaron inmortalizados temas como Noches de tu piel, Cenit, El loco, La transfusión y La espina, entre otras, que se entrelazaron con su estilo oscuro y teatral, que deja una huella en el rock alternativo mexicano.

Sobre la despedida de La Casta, Omar De León, contó a La Jornada: Vamos a cerrar un ciclo, ha sido muy intenso en más de tres décadas; necesitamos hacer una pausa, tomar un respiro y hay muchos proyectos personales que se han tenido que quedar guardados, incluso familiares. Todo se ha quedado a un lado por la banda y llega un momento en que se requiere tiempo para tener una vida personal; no estamos enemistados ni tenemos fricciones, pero claro que hay diferencias normales luego de una convivencia de 35 años.

Ahora estamos, agregó, en un momento superligero y padre, pero con muchos compromisos por cumplir, pero cada uno tiene distintas necesidades y más que irnos, queremos tener una pausa. Sobre esto se han dicho cosas, pero en un comunicado mencionamos que este cierre de ciclo era un acuerdo entre nosotros y que no se prestara a otras interpretaciones, porque luego inventan un chorro de historias.

Esta gira de cierre implica el año que viene; ahora estamos todavía con los festejos del 35 aniversario, que inició a principios de 2024, hace un mes estuvimos en el Pepsi Center WTC y todavía hay muchas plazas por visitar en el contexto del mismo festejo.

De León, dijo que en el Noventeando Rock Fest, compartimos escenario con bandas con las que hemos estado en giras muy intensas; estuvimos contentos de ir a Ecatepec porque el centro cívico es un lugar icónico, además de estar artel. La verdad, estamos disfrutando mucho todos los conciertos.

La música, un sueño, una necesidad

El músico recordó que La Casta, desde sus inicios se desarrolló de manera autogestiva; cuando empezamos las disqueras no estuvieron interesadas en el rock mexicano, los medios tampoco tenían apertura y no había lugares para tocar; fue una lucha contracorriente, pero en lo único que se pensaba y sentía es que la música era un sueño y una necesidad.

A su memoria llegaron otros momentos: Tocamos piedra durante varios años y después vino una apertura en la cual el público se comenzó a interesar por una música con identidad propia y nacional. Hasta entonces se abrieron las disqueras, los medios y nos tocó ser parte de esa transformación. Uno de los mayores aportes de La Castañeda y de la otras bandas que conformamos esa generación es de haber sido parte de una transición, de la apertura de empresas discográficas, tras lo cual se abrieron las puertas para más cosas.

Entre los obstáculos que atravesaron, destacó, que fue ir contra la caída estrepitosa de las mismas compañías disqueras, pero por la piratería y las nuevas tecnologías; todo se volvió un silencio en el que las agrupaciones tuvimos una pausa obligatoria y luego volver a reconstruir lo cual sucedió a finales de la década de los años 90; entonces la era digital empezaba y fue rápido en que nos cambió la vida de mil maneras. Todos nos adaptamos y transformarnos; ahora son las plataformas las modernas compañías disqueras. En los años 80 había discos de vinil, después los cassettes, cedés al Bluray y ahora predomina lo digital. Esto no para y hay que adaptarse como lo hemos hecho. Ésta ha sido nuestra capacidad para sobrevivir y de no ser abatidos por las modas, así como de la misma manera lo han superado otras agrupaciones. El rock sigue estando ahí, se mantiene y es como la piedra más fuerte de otros géneros.

La Castañeda, en cuyo inicios combinó las facetas de sus músicos, en el teatro independiente, la danza y artes plásticas, siempre tuvo como convicción: No queremos ser una banda más de rock, con el cabello largo; intentamos experimentar y seguimos haciéndolo; incluso cuando se consolidó el nombre del grupo que hacía referencia a un manicomio, pero dio cabida a todos lo que queríamos expresar y montar en un escenario.

La despedida de La Casta, incluye más fechas hasta el siguiente año, cuando el manicomio artístico se despida de este concepto de 35 años de locuras y protesta creativa, en los que desde su origen buscó no parecerse a nadie ni tener etiquetas.