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El concurso de la muerte
E

sta es una anécdota curiosa por macabra. En los años 70, en Estados Unidos, se transmitía el popular programa televisivo The Dating Game, donde los concursantes aspiraban a ganar una cita con un miembro del sexo opuesto. En una de sus transmisiones, la concursante Sheryl Bradshaw escogió como su posible galán a un Rodney Alcalá. Años más tarde, se reveló que Alcalá era nada menos que un prolífico asesino en serie, quien mató –se calcula– a unas 130 mujeres.

El estreno llamado El asesino del juego de citas trata precisamente de ese caso. Sin embargo, no es uno de tantos thrillers donde se muestran las pesquisas que sigue la policía para tratar de atrapar al asesino. De hecho, la trama se centra en la figura de Sheryl (Anna Kendrick), una joven de Los Ángeles, aspirante a actriz, quien es aconsejada por su agente de participar en dicho programa para obtener reconocimiento.

Lo original del planteamiento del guionista Ian McDonald es que Rodney Alcalá (Daniel Zovatto) está allí para redondear un retrato muy elocuente sobre el siniestro machismo dominante en ese entonces, dentro de una cultura enfocada a la explotación sexual de la mujer.

En su promisorio debut como realizadora, Kendrick (quien tomó las riendas del proyecto cuando el director original renunció semanas antes del rodaje) muestra al asesino cuando está por cometer sus crímenes y evita la muerte de sus víctimas, para documentar el grado de sicopatía de Alcalá. Pero no es un estudio de su carácter. La introspección se reserva para el personaje de la protagonista, quien se somete estoicamente al sexismo rampante del vecino ligorio (Pete Holmes), los ejecutivos que la citan para una sesión de casting (quienes critican lo pequeño de sus pechos) y, desde luego, toda la estructura de The Dating Game, donde recibe ofensivos comentarios de los concursantes y del conductor (Tony Hale) del programa. Esa, nos dice la película, era la norma en esa época.

Una subtrama revela otra instancia de dicho sexismo. Durante la grabación del programa, una espectadora negra (Nicolette Robinson) reconoce a Alcalá como el posible asesino de una amiga desaparecida y trata de denunciarlo. Sin embargo, nadie le hace caso. Ni la policía. (Lo cual introduce además una nota de racismo).

Como directora, Kendrick no hace particular énfasis en ese comportamiento. Simplemente lo expone dentro de una permanente atmósfera de tensión, que inscribe a su ópera prima en el género del thriller. El primer encuentro entre Alcalá y una víctima (Kelley Jakle) es de lo más inquietante: el hombre la estrangula, pero luego la resucita para prolongar su sufrimiento. Pero la mejor secuencia es aquella en que Sheryl rechaza a Alcalá de noche, en un estacionamiento desierto y luego camina apresuradamente hacia su auto. Kendrick utiliza el espacio abierto para acentuar la soledad de la joven y nos oculta al depredador, para aumentar el suspenso.

Comprada por Netflix, El asesino del juego de citasse ha estrenado en dicha plataforma en Estados Unidos, mientras que aquí hemostenido la oportunidad de apreciarla en pantalla grande. No la desaprovechemos.

El asesino del juego de citas

( The Woman of the Hour)

D: Anna Kendrick / G: Ian McDonald / F. en C: Zach Kuperstein / M: Dan Romer, Mike Tuccillo / Ed: Andrew Canny / Con: Anna Kendrick, Daniel Zovatto, Tony Hale, Nicolette Robinson, Peter Holmes / P: AGC Studios, Bondit Media Capital, Vertigo Entertainment, BoulderLight Pictures. Estados Unidos, 2023.

X: @walyder