Las agencias de Estados Unidos que requieran ejecutar labores en territorio mexicano tendrán un único interlocutor: la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), señalaron fuentes federales.

Esto es parte de la nueva línea de relación bilateral establecida por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y la hizo saber el canciller Juan Ramón de la Fuente al embajador estadunidense en nuestro país, Ken Salazar, en el encuentro que tuvieron tras la ratificación del secretario por parte del Senado mexicano.

Funcionarios consultados agregaron que las agencias de la nación vecina deberán cumplir con los lineamientos aprobados a finales del año pasado que establecen los requisitos para la operación de sus agentes en México.

Instancias estadunidenses como la Agencia Central de Inteligencia, la Agencia Antidrogas, la Oficina Federal de Investigación y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos estarán sujetas a estas nuevas medidas.

Fuentes confirmaron que no sólo el embajador de Estados Unidos deberá tener interlocución con la SRE, sino que cualquier agencia que quiera pasar por México debe hacerlo por la cancillería. Será el único canal de interlocución.

La semana pasada, en una declaración a medios, el canciller De la Fuente confirmó que el mensaje de la presidenta Sheinbaum es que en la relación entre ambos países reglas claras, amistades largas. Y exhortó a que no haya sorpresas en los intercambios bilaterales.

La intención de estas medidas, señalaron las fuentes, es evitar que el representante de Washington en México o algún otro funcionario de la nación vecina realicen diligencias en diferentes secretarías de Estado o con gobiernos estatales, sin que la administración federal tenga ­conocimiento.

El sexenio pasado cerró con un distanciamiento entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el embajador Salazar sobre todo por dos motivos, la oposición del diplomático y su gobierno a la reforma judicial, así como por el hecho de que no se informó a México de las negociaciones que se mantenían con Joaquín Guzmán López, hijo del capo Joaquín El Chapo Guzmán, para concretar las acciones que se tradujeron en el presunto secuestro de Ismael El Mayo Zambada, cofundador del cártel de Sinaloa, y su entrega a las autoridades ­estadunidenses.