Lunes 21 de octubre de 2024, p. 20
Jiangsu. Nacido como un acrónimo para referirse a las economías en desarrollo que mostraban un acelerado crecimiento a inicios de la década de los 2000, los BRICS (al inicio Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ahora es un bloque con una fuerza económica que busca interpelar el control financiero y político que por décadas han ostentado las potencias del G7: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.
Con la adhesión de Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, los BRICS+ (siglas del grupo tras la incorporación de estos últimos países; Arabia Saudita participa en las actividades del grupo sin ser miembro formal) actualmente representa 37.3 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial, es decir, más del doble que la Unión Europea (14.5 por ciento).
Desde China, las discusiones sobre la función de este grupo y de la propia potencia asiática desembocan en el mismo cuestionamiento: ¿qué tienen en común los países que conforman los BRICS+ y cuál de ellos tomará el liderazgo del grupo?
Según especialistas, los BRICS+ tienen la capacidad de aglutinar a los países en desarrollo y de bajos ingresos que buscan tener voz y voto en las decisiones de los organismos multilaterales diseñados desde Occidente: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio.
A través de los BRICS se pueden amplificar los asuntos del Sur global
y la misma plataforma puede servir para trazar una agenda Sur-Sur que empuje una reforma en la Organización de Naciones Unidas, declaró Anna Malindog-Uy, vicepresidenta del Instituto de Estudios Estratégicos de Filipinas para el Siglo Asiático, durante un foro en Pekín.
Grzegorz W. Kolodko, ex ministro de Finanzas de Polonia, explicó que el concepto de Sur global concentra a todos los que no son potencias de Occidente y por ello está lleno de ideas contradictorias; la coincidencia es que son países con un pasado colonial que exigen ser respetadas y que buscan un crecimiento sostenible
.
En esos bloques que desde ahora se diseñan como Occidente y el resto
, China aspira a ser el líder del Sur global, pero India también puede disputar ese papel, agregó Kolodko. Ningún país (de los BRICS) acepta el liderazgo de Estados Unidos, pero tampoco entre ellos
.
Agregó que China tiene interés económico en el crecimiento de los países del Sur y en absorber su conocimiento, pero éstos no necesariamente buscan copiar el sistema político de la potencia asiática. Más allá de cómo se organice el liderazgo, Estados Unidos debe entender que es el fin de la hegemonía y el nacimiento del multipolarismo
, destacó el especialista.