Jartum. El bloqueo que desde hace meses efectúan paramilitares de Sudán sobre el campo de desplazados de Zamzam, en Darfur Norte, forzó la suspensión de las actividades de Médicos sin Fronteras (MSF), organización que tenía a su cargo la atención de 5 mil niños malnutridos, donde hace siete años se declaró hambruna.

El director de operaciones de emergencia de MSF, Michel-Olivier Lacharité, avisó que la agrupación necesita imperiosamente que las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), el grupo paramilitar que desde abril del año pasado se enfrenta contra el ejército del país en una guerra que ha devastado Sudán casi por completo, levante el bloque para que los más de 400 mil desplazados del campamento, entre ellos los niños, reciban un suministro masivo de alimentos y medicinas.

En un comunicado, MSF precisó que 2 mil 900 niños resienten la suspensión de ayuda, más de la mitad del total, padece desnutrición aguda grave en medio de uno de los epicentros del conflicto.

Temen peor escenario

La población refugiada en Sudán del Sur casi se ha duplicado en menos de 18 meses y lo peor está por llegar. El conflicto en Sudán está golpeando al país homónimo del Sur más duramente que a cualquier otra nación de la región, declaró la representante de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en el país, Marie-Hélène Verney.

Los refugiados están repartidos en 30 puntos del territorio sudanés, principalmente en Maban –donde están acogidos más de la mitad– Jamjang, Wedweil y Gorom.

En un comunicado, la Acnur alertó del impacto que esta guerra está teniendo en un momento crítico, teniendo en cuenta que hay 2 millones de sursudaneses desplazados.

La actual crisis en Sudán ha interrumpido gravemente las rutas de suministro y las exportaciones de petróleo, aumentando la inflación y debilitando aún más la economía, señala la nota.

Lo anterior ha disparado los precios de los productos básicos, empobreciendo la vida de los locales y ha dificultando enormemente la integración de los recién llegados.

Por ello, Acnur hace un llamado para que otros organismos internacionales y autoridades se unan a los esfuerzos para ayudar a Sudán del Sur a integrar a los cientos de miles de personas que han llegado y ha solicitado más apoyo de los donantes para sufragar sus actividades, ya que este octubre sólo estuvieron financiadas en 47 por ciento.

Estas operaciones incluyen necesidades inmediatas, como dotación de agua potable, establecimiento de refugios y atención médica, además de otras a largo plazo, como la integración de los necesitados a los trámites de “acceso a documentos de identidad, oportunidades de subsistencia e inclusión en sistemas nacionales, como la sanidad y la educación.

Está claro, sin embargo, que la única solución es el fin del conflicto en Sudán. Sudán del Sur se tambalea por la conmoción y no puede seguir absorbiendo tanto sufrimiento, alertó Verney.

Antes del estallido del conflicto entre el ejército sudanés y las paramilitares RSF, Sudán del Sur ya albergaba a 275 mil refugiados.