La Secretaría de Educación Pública debe ser líder en la puesta en marcha de los programas que contemplen los lineamientos de alimentos porque ellos tienen el control de la estructura, señaló Liliana Bahena, coordinadora de la campaña Mi Escuela Saludable en el Poder del Consumidor.

Recordó que el acuerdo entró en vigor el 1º de octubre y las autoridades educativas y académicas tienen 180 días para aplicar los lineamientos de forma paulatina.

Además, la Secretaría tiene la posibilidad de recomendar, más no de obligar, regular la venta de alimentos no saludables fuera de las escuelas, pues es área de las municipalidades, entonces queda una recomendación para abrir el tema con los municipios y regular la situación, dijo.

En un recorrido por inmediaciones de diversas escuelas en la zona oriente del Estado de México, La Jornada constató que la venta de productos no saludables abunda en las afueras de los planteles educativos. Es una contradicción, porque al salir los jóvenes tienen un sinfín de opciones y pocas son saludables, señaló un profesor de la zona que quiso reservar su nombre.

La última reforma a la Ley General de Educación derogó la parte en la cual menciona la prohibición de ofrecer estos alimentos en inmediaciones de los planteles, ahora el artículo 75 de dicha ley menciona que la Secretaría de Educación Pública establecerá los lineamientos de alimentos y bebidas preparados dentro de toda escuela, en apego a los criterios nutrimentales que determine la Secretaría de Salud, y deberán evaluarse y actualizarse al menos cada cinco años.

Enfrentarse a una mafia

Por su parte, la supervisora de preescolar, Olga Calderón Sánchez, de la zona regional Amecameca-Chalco, señaló que ante la venta de comida chatarra afuera de las escuelas recurrimos con autoridades municipales para que intervinieran, pero fue enfrentarnos a una mafia y desistimos ante la posibilidad de generar una situación de peligro para los compañeros, entonces decidimos no meternos más.

Frente a la primaria Laura Méndez de Cuenca, ubicada en la colonia El Pino, municipio La Paz, los puestos de frituras y comida chatarra predominan a la hora de la salida de ambos turnos. En ellos se venden papas a la francesa, plátanos árabes, duraznos en almíbar, cheetos sueltos, congeladas, banderillas y dulces. Sólo hay un negocio de fruta picada pero también vende doritos preparados.

Por la mañana, los productos son distintos, pero no entran en la categoría de saludables de acuerdo a los nuevos lineamientos, puesto que se venden productos empaquetados con sellos de advertencia, entre ellos pan dulce, yogur y jugos artificiales, además de alimentos preparados con alto contenido en grasas, por ejemplo, tamales, atole, chilaquiles y churros.

Regina, una alumna de sexto grado, mencionó que ella pide dulces todos los días al salir de las clases, también le compra a su hermano que va en segundo. Casi siempre son gomitas y paletas con chilito en polvo, dijo. Su mamá señaló que un pequeño dulce no hace daño, y se compensa con la comida sana que hace en su casa.