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Fiesta de Maná en el Auditorio Nacional

Tres fechas con taquillas agotadas

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▲ Primera fecha de la banda en el coloso de Reforma ante 10 mil seguidores.Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Sábado 12 de octubre de 2024, p. 8

Maná rompió la regla y es profeta en su tierra, lo cual quedó demostrado, luego de cruzar diversas fronteras, en el Auditorio Nacional, en la primera de tres fechas con taquillas agotadas en el México Lindo y Querido Tour.

Luego de recorrer con éxito ciudades de Latinoamérica, España y tocar por primera vez en Londres en el OVO Wembley Arena, la banda cerrará su gira mundial el 6 de diciembre en el Palacio de los Deportes.

No hubo poder humano que hiciera salir a casi 10 mil almas del recinto de Reforma, la noche del jueves, con la vibrante y eufórica fiesta –entre algunos momentos de bohemia, del pegajoso reggae, de conciencia ambiental y de recordar la labor titánica de las madres– que generó la agrupación mexicana surgida en 1986, en Guadalajara, Jalisco.

Las miles de voces y corazones se unieron a la del vocalista Fher Olvera quien –a pesar de padecer un problema en las cuerdas vocales– llevó a sus animados y felices seguidores a un viaje por el tiempo, con temas emblemáticos como Manda una señal, De los pies a la cabeza, Corazón espinado, Labios compartidos, Bendita tu luz, ¿Dónde jugarán los niños?, Vivir sin aire y Mariposa traicionera.

El cantante, compositor y guitarrista, quien derrochó energía sobre el escenario y estuvo en constante interacción con su audiencia, abrió la noche con palabras de agradecimiento, que después cambiaron de tono para echar relajo y ponerle pimienta al agasajo musical.

¡Buenas noches, Ciudad de México! Qué gusto estar nuevamente en el corazón de nuestro país que tanto amamos y estamos orgullosos de llevar el corazón mexicano a todos lados. Vamos a venir más seguido; los hemos extrañado un montón y estuvimos en festivales, pero ahora en un lugar más chico los podemos sentir más de cerca y disfrutaremos de poca madre con esta fiesta, expresó el vocalista.

A Olvera lo acompañaron Alex González en la batería, Juan Calleros en el bajo y Sergio Vallín en la guitarra eléctrica, junto con otros músicos que ejecutaron los teclados, percusiones y más liras para generar ese sello característico de Maná, donde predomina el rock, el pop, así como la fusión de sonidos, ritmos y géneros.

Durante el espectáculo, que incluye 50 toneladas de equipo, se observaron proyecciones, juegos lumínicos y hasta un enorme elefante apareció en el escenario para recordar lo que sería un futuro ideal para las infancias.

Con Se me olvidó otra vez, al puro estilo Maná, el público cantó, sumándose a Fher, quien siguió con Oye, mi amor, rola donde la agrupación se dio su tiempo e improvisó con ritmos de reggae y, tal vez, algunos de los miles asistentes recordaron el legado de Bob Marley. Ustedes son el quinto Maná; uno se siente arropado, sostuvo el intérprete, quien en diversos momentos tocó la armónica, incluso recordó una caída que tuvo y fue propagada por redes sociales.

Pero un momento inusual y atractivo fue cuando Álex González tomó en solitario el escenario y lo hizo retumbar con varios minutos dándole sin tregua a la batería. Atrapó con sus movimientos y demostró su talento y energía que provocaron la ovación del público, mientras el músico gozaba y el sudor aparecía en todo su ser luego de ese supremo esfuerzo.

González se llevó otro momento al interpretar Me vale, con la cual los miles de corazones ya estaban cautivos en el mundo de la histórica banda, que este año encabezó, junto a Pearl Jam y Ed Sheeran, el cartel del Festival BottleRock de Napa Valley, California, uno de los más importantes en Estados Unidos.

En la bohemiada, ya con la garganta más abierta, Fher se lanzó con Te solté la rienda y después recordó a su mamá y a todas las madres solteras, mujeres que luchan por sacar adelante a sus hijos, con El reloj cucú.

La música, el cotorreo, la alegría, la euforia, el canto y el derroche de energía, se entrelazaron para habitar en un mundo paralelo, donde el tiempo quedó encapsulado con la banda sonora de varias generaciones con Eres mi religión, Huele a tristeza, Clavado en un bar, la ya mencionada Me vale, El muelle de San Blas y la inolvidable Rayando el Sol.

En el coloso de Reforma, Maná (que significa energía positiva en polinesio) demostró que es un orgulloso grupo mexicano, lo cual quedó subrayado cuando Fher sacó la bandera nacional que los acompaña a cada lugar que visitan y su público se regocijó. La banda corroboró que es profeta en su tierra.

Los múltiples sonidos y sus fusiones de rock con ritmos latinos y caribeños, con los cuales fueron conocidos desde 1987, luego de su primer álbum titulado Maná, volverán a resonar y atrapar a cerca de 10 mil seguidores por cada fecha (11 y 13 de octubre), en el Auditorio Nacional.

Antes de cerrar la gira en el domo de cobre, el 6 de diciembre, Maná con su música que ha trascendido generaciones y ha alzado la voz para crear conciencia sobre problemas ambientales, sociales, políticos y de derechos humanos, así como de los migrantes en Estados Unidos, se presentará el 19 de octubre en el Tecate Península Fest, además de fechas en Querétaro, León, Chiapas, Ciudad Juárez, Monterrey y Guadalajara.