Diagnóstico y tratamiento deficientes
Miércoles 9 de octubre de 2024, p. 13
La mitad de los adultos que tienen algún trastorno mental, como depresión o ansiedad, entre otros, lo desarrollaron durante la infancia o adolescencia sin recibir diagnóstico ni tratamiento, mientras 30 por ciento de los pacientes que se encuentran en los hospitales generales por otro padecimiento requieren servicios de salud mental, pero no los reciben porque no los hay o por el estigma que prevalece en la sociedad, incluido entre el personal de salud.
María Elena Medina Mora, directora de la Facultad de Sicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que alrededor de 20 millones de mexicanos viven con algún trastorno mental, con frecuencia asociado a antecedentes de violencia, abandono y condiciones de pobreza.
La especialista participó ayer en una conferencia organizada por el laboratorio Lundbeck con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora el 10 de octubre.
Comentó los resultados de diversas investigaciones que han revelado, entre otros datos, que la edad de 15 años es la de mayor riesgo para el desarrollo de trastornos y el uso de drogas.
Es posible prevenir estos problemas y en su caso identificarlos de manera oportuna. Medina Mora destacó que además del estigma y la discriminación, con mucha frecuencia los afectados no saben cómo pedir ayuda. Por eso, planteó, en las escuelas, como parte de las enseñanza de habilidades para la vida, se debe orientar a los alumnos este tema.
Otros hallazgos tienen que ver con los factores de riesgo asociados al desarrollo de trastornos mentales. Los individuos con mayor probabilidad de presentarlos son aquellos que en la infancia fueron víctimas o testigos de violencia, abandono, violación y pobreza.
Sobre esta última circunstancia, la especialista resaltó que el riesgo aumenta cuando las personas viven en zonas sin urbanizar o donde se vende droga en la calle. Por eso, dijo, en el control de los padecimientos es muy importante el acceso a los servicios de salud y a los medicamentos, pero también el entorno de los pacientes.
En cuanto a los servicios de salud, mencionó que se requiere una reingeniería para que los médicos de primer contacto tengan la capacidad de identificar a los afectados y que en los hospitales existan áreas especializadas, como las hay para el resto de enfermedades.
Los casos graves deben seguir atendiéndose en los institutos y hospitales siquiátricos, puntualizó.