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La jubilación no es para mí: Fatboy Slim

Tras casi 30 años de carrera, el diyéi inglés sigue haciendo bailar a la gente en discotecas y festivales

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▲ El músico, antes de salir a escena en el festival Pink Paradize 2024 en la Halle de la Machine.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de octubre de 2024, p. 9

Toulouse. "Mi amor por la música implica compartirla, eso es lo que me motiva", afirma el famoso diyéi inglés Fatboy Slim, que a sus 61 años sigue haciendo bailar a la gente en discotecas y festivales de todo el mundo.

Conocido mundialmente desde finales de los años 90 por sus éxitos Praise You y Right Here Right Now, el artista declaró a Afp que se divierte más que nunca detrás de los platos de diyéi, con ocasión de su actuación en el festival Mecanik Paradize de Toulouse, en el suroeste de Francia.

–Comenzó su carrera como Fatboy Slim en 1996. ¿Sigue divirtiéndose tanto como al inicio?

–Me estoy divirtiendo más que nunca como diyéi. Me desenamoré un poco de grabar discos, producir y remezclar. Pero ser diyéi es un trabajo maravilloso porque amo la música y compartirla. Me di cuenta durante la pandemia, cuando no pude hacerlo durante 14 meses, de lo mucho que significa para mí.

–¿No piensa en dejarlo?

–Si me lo permiten y la gente sigue queriéndome, creo que haré esto hasta el final de mis días. Durante la pandemia vi lo que se siente la jubilación, no me gustó, no es para mí. Algunas personas, cuando escuchan un disco que les encanta, lo reproducen una y otra vez a través de sus auriculares. En mi caso, mi amor por la música implica compartirla, eso es lo que me motiva.

–¿Cómo han evolucionado la música electrónica y el trabajo de diyéi desde los años 1990?

–La música dance explotó en los pasados 20 años. Por un lado, eso es muy bueno porque a todo el mundo le encanta. Pero, por otro, antes había algo especial en ir a una discoteca, escuchar a un diyéi poniendo discos que nunca habías oído, que no podías escuchar en la radio. Había un vínculo en torno a eso y un amor. Parte del amor desapareció porque los jóvenes no lo entienden. (En las discotecas) la música nos une y nos reúne, y ojalá no se tratara tanto de mesas VIP y vodka caro.

–¿El público cambió desde sus primeros conciertos?

–Es extraño, pero no realmente. Cuando hago grandes actuaciones, hay personas que como yo crecieron con esta música. Pero cuando miras en las primeras filas, siempre es lo mismo: jóvenes de entre 18 y 22 años, que disfrutan de su libertad. Veo cómo se enamoran, cómo se inician en el alcohol.

–Antes dijo que la época del covid fue complicada para usted. ¿Es posible que esa pausa forzada fuese el momento más difícil de su carrera?

–No, el momento más difícil fue probablemente lograr estar sobrio. Tenía problemas con el alcohol. Las cosas empezaron a desmoronarse y tuve que alejarme. Entonces aprendí a hacer mi trabajo sobrio. Jamás lo había hecho, así que tuve que reinventar mi enfoque de diyéi. Fue duro, pero mereció la pena. Quince años después, aquí estoy, vivo y divirtiéndome todavía.

–Este año publicó el single Role Model. ¿Hay más canciones en camino?

–Hoy soy principalmente diyéi. Tengo otro a punto de salir que se llama Bus Stop Please, pero para mí eso es un hobby ahora. Mi trabajo, mi vida y mi pasión es ser diyéi.