Con espectáculos como Códice Cihuatl, la compañía Bigotes de Gato Azul, conformada por artistas de diversas disciplinas, que en su mayoría también son docentes de prescolar, apuestan a que los niños cuenten con espacios donde la imaginación, la fantasía y la expresión creativa sean parte de su formación.

A propósito de la presentación de la obra el fin de semana en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), la directora artística de la agrupación, Martha Espinosa, comentó en entrevista que a partir de reconocer que los pequeños son seres festivos, críticos y reflexivos, podemos formar mejores seres humanos. Y desde este lugar de la creación apostamos por formar mejores ciudadanos, que sean capaces de mirar dentro de este caos del mundo que les estamos entregando y que ellos tengan la fuerza para cambiarlo.

En Códice Cihuatl, del dramaturgo Julio César Prieto, el público se adentra en un mundo sensorialmente estético que lo coloca en las situaciones y emociones que una mujer prehispánica vive al luchar por un equilibrio entre lo masculino y femenino, por medio de la presencia corporal y energética que las intérpretes generan al dar vida a los personajes y elementos escenográficos.

Prieto explicó que la propuesta parte del papel que ocupa la mujer en la sociedad actual, que los llevó a profundizar en el pasado en que lo femenino se asocia a los rituales y la naturaleza. Después de investigar descubrimos que en la época prehispánica, la energía femenina y masculina conviven con la naturaleza; de ahí surge la obra.

Martha Espinosa añadió que retomaron el caso de una gobernante mexica, que fue la excepción por tratarse de la hija de Moctezuma I, llamada Atotoztli. Es el personaje principal de la obra, que por situaciones de la vida se convirtió en tlatoani. Esto nos inspiró en el personaje y se vuelve tema, porque una mujer es la que gobierna y como sociedad debemos pensar en ese equilibrio entre lo femenino y lo masculino.

La obra recupera los cuatro elementos: tletl (fuego), atl (agua), ehecatl (aire) y tlalli (tierra), que crean el mundo con su magia, un mundo dominado por tlatoanis. Pero un día nace del agua Atotoztli (mujer pájaro de agua), una nueva energía femenina que llega para romper con el orden y poder de esos seres.

Desde ese momento, los tlatoanis la pondrán a prueba, llevándola a explorar su fuerza, sabiduría y conexión con los cuatro elementos de la creación para encontrar así un nuevo orden entre lo femenino y lo masculino a partir de un viaje fantástico.

Espinosa indicó que la propuesta incorpora danza prehispánica y contemporánea, así como animaciones de títeres y objetos: En el escenario nuestra energía da dramatismo y crea toda esta ficción que compone la obra.

Bigotes de Gato Azul, fundada en 2013, cuenta con cuatro obras que tocan problemas sociales que impactan en las infancias desde diversas aristas: migración, género, sentido de pertenencia o discriminación, a partir de un tratamiento estético, dramático y filosófico que hace posible que todo público, sin importar la edad, se reconozca e identifique partes de sus propias visiones del mundo y sus maneras de actuar.

La compañía ha pisado diferentes escenarios, entre los que destacan el teatro Sergio Magaña y la sala Xavier Villaurrutia, y participado en el primer Festival Internacional de Teatro de Papel de la Kehile, el Festival Encuentro Escénico Epicentro en Oaxaca y el Museo-Teatro de Títeres El Arca, en Cuba. También ofrecen talleres de expresión creativa dirigidos a menores y sus familias.

Códice Cihuatl se presentó en el foro Antonio López Mancera como parte de las actividades conmemorativas del 30 aniversario del Cenart.