Domingo 6 de octubre de 2024, p. 13
Bruselas. El último movimiento de la Comisión Europea para impulsar su propuesta de imponer aranceles a los vehículos eléctricos chinos, a pesar de las divisiones internas, revela un impulso proteccionista profundamente arraigado que amenaza con socavar décadas de cooperación entre China y la Unión Europea (UE).
En lugar de fomentar la cooperación, estos aranceles significan el riesgo de desencadenar un conflicto comercial que podría perjudicar no sólo las relaciones China-UE, sino también la propia ambición europea de una transición ecológica.
La decisión, tomada en medio de discordias internas, ha expuesto la fragilidad del llamado consenso de la UE. Según informa Euronews, 12 estados miembros se abstuvieron en la votación, cinco se opusieron a la medida y sólo 10 votaron a favor, lo que desmonta la idea del frente unificado que la Comisión quiere proyectar.
La dura advertencia del primer ministro húngaro, Viktor Orban, de que la decisión podría suponer “el siguiente paso en una guerra fría económica” es un sentimiento compartido por muchos dentro del bloque.
Jukka Kuurma, alto funcionario del Ministerio de Exteriores finlandés, también expresó su escepticismo, señalando que no hay pruebas suficientes del daño causado a la UE
y cuestionó que los aranceles beneficien realmente a la zona euro.
La decisión unilateral de la Comisión Europea de iniciar una investigación antisubvenciones sin denuncias formales de la industria es poco ortodoxa y peligrosamente miope. Sin pruebas claras de que los fabricantes de automóviles chinos hayan causado daños sustanciales
, la acción parece más políticamente motivada que económicamente justificada.
Como ha señalado la Cámara de Comercio China ante la UE y expertos del sector, estas tarifas tendrán consecuencias de largo alcance y serán contraproducentes para la ambición ecológica de Europa.
En otro frente, una encuesta reveló que 80 por ciento de los alemanes se muestra dispuesto a adquirir un vehículo eléctrico chino.
Los jóvenes serían los que más apuestan por los vehículos de marcas chinas con 70 por ciento de entre 30 y 39 años y 72 por ciento entre 18 y 29 años.