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Conclusiones de San Sebastián 2024
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▲ El director español Pedro Almodóvar recibió el Premio Donostia en el Festival de Cine de San Sebastián.Foto Europa Press
L

o que es bueno para el cine español, suele favorecer al festival de San Sebastián. Y viceversa. En una de sus ediciones más fuertes de reciente memoria –la publicación Variety la calificó de vibrante– el certamen premió al cine local con la Concha de Oro, a la mejor actuación protagónica y a la mejor dirección.

Salvo el tercero, que me resulta incomprensible, los otros reconocimientos hablan del saludable nivel del cine hecho en España. Unos días antes, Pedro Almodóvar se había llevado el León de Oro en el festival de Venecia por su película, La habitación de al lado. Y el mismo director fue objeto de un premio Donostia, lo cual redondeaba el asunto.

Otros títulos vistos en otras secciones – La guitarra flamenca de Yerai Cortés, de Antón Álvarez, Segundo premio, de Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez, por ejemplo– reflejaban también dicho estado de salud, con sus vigorosas e innovadoras narrativas. (La lástima es que siguen sin llegar a nuestra cartelera. De todas las producciones españolas vistas en el festival, sólo podemos aspirar a ver estrenada aquí la de Almodóvar, para no variar).

Si algo faltaba en el festival fue tiempo para recorrer las secciones paralelas, ya que uno se dedicó a una sección competitiva inusualmente sólida y a lo seleccionado para Perlak, que este año adoleció de pocos títulos de Venecia. Películas atractivas se programaron en Nuevos Directores, Zabaltegi Tabakalera, Made in Spain, Horizontes Latinos y, desde luego, la retrospectiva, dedicada en este caso al cine policiaco italiano, desde Ossessione, de Visconti, a Gomorra, de Garrone. Había joyas ignotas de Pietro Germi, Luigi Zampa, Alberto Lattuada, Carlo Lizzani y Sergio Sollima, entre otros, y uno se quedó con las ganas de verlas. El festival donostiarra exige una cinefilia militante.

Por otro lado, la prensa de los espectáculos estaba de plácemes con la gran cantidad de estrellas internacionales que visitaron el festival. “Más glamour, imposible” cabeceó una edición de El Diario Vasco. Monica Bellucci, Cate Blanchett, Tim Burton, Johnnie Depp, Andrew Garfield, Isabelle Huppert y Tilda Swinton, entre muchos otros, se hicieron presentes no sin el detalle conflictivo aportado por Depp, quien mantuvo a la prensa esperando horas hasta que ésta decidió boicotearlo (después, en nombre de las relaciones públicas, el pandroso actor se disfrazó de Jack Sparrow para visitar a pacientes de un hospital infantil). De México estuvieron Fernanda Valadez, Astrid Rondero, Alfonso Cuarón, Marina de Tavira, Daniel Giménez Cacho y Diego Luna, hasta donde supe.

Nuevamente la organización de las funciones fue impecable. A diferencia de Cannes, San Sebastián tiene un sistema cibernético de boletaje que sí funciona y asigna localidades numeradas. Si uno hace la tarea correctamente, puede tener todos los boletos deseables antes de que comience el festival. Además, deja suficiente tiempo entre función y función para evitar las detestables y desordenadas aglomeraciones que son la marca registrada del festival francés.

Ahora el clima no cooperó como el año pasado y hubo varias instancias de lluvia torrencial, dentro del tiempo típicamente otoñal. La lluvia ocasiona la escasez de taxis que, en esos casos, resultan insuficientes para la cantidad de demanda. Eso conduce a mojarse y pescar un resfriado, como le pasó a quien esto escribe que, hasta el momento, sufre de tos y moqueo.

X: @walyder