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La percusionista Gabriela Jiménez será invitada estelar de la OFCM

Este fin de semana interpretará el Concierto para timbales, de Peter Tanner, en la sala Ollin Yoliztli

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▲ La intérprete durante los ensayos con la OFCM.Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Sábado 5 de octubre de 2024, p. 3

La música es movimiento, la vida es movimiento, define la percusionista Gabriela Jiménez. Los timbales, usualmente en un rincón al final del escenario, escondidos detrás del resto de los instrumentos, en una programación pocas veces vista, ocuparán el papel estelar este fin de semana con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM).

Junto con el Concierto para timbales, del compositor estadunidense Peter Tanner, se ejecuta una danza de movimientos orientales, con elegancia, armonía y equilibrio, para alcanzar la amplia circunferencia que ocupan los cuatro instrumentos en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, donde la intérprete mexicana describe vivazmente: es como subir a una montaña rusa de emociones, con toda la responsabilidad del concierto al estar al frente, acompañada por cornos, trombones, trompetas y tuba, sonidos que se perfeccionaron durante un ensayo, encabezado por el director invitado Julio Briseño.

En un concierto nunca se sabe qué va a pasar, por mucho que estudies, previene la instrumentista, quien nació en la Ciudad de México en 1963. El músico genera el sonido al recrearse a sí mismo en la composición, así como viene en la partitura, y darle vida, se revela orgullosa y reconoce a la audiencia, que se convierte en parte de esta construcción de un momento efímero e irrepetible.

Lo que sucede con los timbales es que tú ves el desplazamiento, explica Gabriela Jiménez durante la entrevista. Tanto los músicos que tocan cuerdas como alientos están en su silla y no se mueven; eso fue algo que la motivó a decidirse por las percusiones, pues estudiaba piano y flauta. Fue justamente que se movían, ese manejo del espacio. Y lo otro es la inmensa cantidad de sonidos que se pueden producir con las percusiones, eso me atrapó. Los instrumentos nos eligen.

Su preparación no solamente incluye la partitura o la repetición de la ejecución, también es la búsqueda de la conexión con el cuerpo, en la que ha incluido clases de natación o tai chi, arte marcial chino que le ayuda a manejar la localización del peso de su cuerpo, como muestra de pie durante la conversación, se balancea de un lado al otro, con las manos rompiendo lentamente el aire.

El compositor estadunidense Peter Tanner escribió el Concierto para timbales el cual, en su concepción original, era acompañado por un ensamble de metales y no una orquesta sinfónica. “De los momentos más destacados son la fanfarria inicial y la exigente cadenza para los timbales solistas, que son cuatro”, señala Juan Arturo Brennan en el texto que difunde la OFCM para los conciertos de hoy y mañana.

También apunta que la mayoría de los tambores no producen notas afinadas, aunque hay algunos que son melódicos, y entre ellos los más importantes son los timbales, porque, aunque inusual, sí existen piezas que contemplan su presencia como solistas.

Ya hay más conciertos para timbales que hace 50 años, celebra la también profesora desde 1992. No son tantas como conciertos para piano o violín. De timbales es un poco extraño, porque, si bien desde el barroco Johann Sebastian Bach ya componía con timbales, que hay obras increíbles, no los desarrollaron hasta el siglo pasado y éste, cuando empezó el auge.

Abundancia de sonidos y de instrumentos

Las percusiones se sitúan hasta atrás de toda la orquesta, por la sonoridad. Al frente, primero se acomodan las cuerdas, luego los alientos; enseguida los metales y por último las percusiones, “que son impresionantemente muchísimas. De repente hay música con taikos japoneses y digo: ‘ay, dónde consigo uno’. En todas las culturas hay instrumentos de percusión. Es tan amplio el espectro, que es casi imposible decir cuántos. Tambores hay en todo el mundo, y son diferentes en cada zona geográfica. Eso nos enriquece culturalmente”.

“Esta gran cantidad de sonidos, muchos originados desde la imitación de la naturaleza, no deja de sorprender. Por ejemplo, en México hay instrumentos prehispánicos que dejan con el ojo cuadrado, como unas ocarinas que tienen agua adentro, y que al moverlas, sólo con el aire suena: ‘uuuhh’ ¡Guau, ese tipo de cosas me vuelan el cerebro!”

Hoy a las 18 horas y mañana a las 12:30, la música de Tanner será parte del programa Metales y percusiones de la OFCM, que dirigirá Julio Briseño. Está integrado por piezas escritas en el siglo XX por los compositores William Walton, Benjamin Britten, Aaron Copland, Henry Cowell, Alice Gómez y Eric Ewazen. La cita es en el Centro Cultural Ollin Yoliztli (Periférico Sur 5141, colonia Isidrio Fabela), Tlalpan.