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GB regresa a Mauricio un archipiélago; mantendrá ahí su táctica base militar
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de octubre de 2024, p. 18

Londres. Gran Bretaña anunció ayer que cederá la soberanía de las islas Chagos a Mauricio, como parte de un acuerdo que asegura el futuro de la base militar británico-estadunidense en el atolón Diego García, y que también podría allanar el camino del retorno a personas desplazadas hace décadas.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acogió con satisfacción el convenio, al señalar que así se garantizaría la permanencia de su base aérea de importancia estratégica en el océano Índico, durante el próximo siglo.

Críticos en Reino Unido afirmaron que se trataba de una capitulación a favor de China, que mantiene estrechos lazos comerciales con Mauricio. Un grupo que representa a los habitantes desplazados de las islas reprochó haber sido excluidos de las conversaciones.

El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, manifestó que el acuerdo resolvía la controvertida soberanía de las islas, el último territorio británico de ultramar en África, mientras los continuos desafíos legales habían puesto en peligro el futuro de Diego García, la base, cuya importancia quedó demostrada durante los conflictos de Irak y Afganistán, pues funcionó para el lanzamiento de bombarderos de largo alcance, y ahora está garantizada por 99 años, agregó.

Gran Bretaña, que controla la región desde 1814, separó las islas Chagos en 1965 de Mauricio, una antigua colonia que se independizó tres años después.

A principios de la década de 1970, Gran Bretaña desalojó a casi 2 mil residentes a Mauricio y las Seychelles con el fin de instalar una base aérea en Diego García, la isla más grande de las 55 del archipiélago, que había arrendado a Estados Unidos en 1966.

Una resolución no vinculante de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas de 2019 afirmó que Gran Bretaña debía ceder el control del archipiélago tras haber obligado injustamente a la población a abandonarlo. Sin embargo, destacadas figuras del opositor Partido Conservador británico criticaron que el acuerdo socava a los aliados de Gran Bretaña y China podría crecer militarmente en el Índico.