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Hasta siempre, hermano, amigo, compañero: Sheinbaum

El último acto oficial de López Obrador, entre ovaciones, loas y agradecimientos

El acto de transmisión del poder en la Cámara de Diputados devino en homenaje final

 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de octubre de 2024, p. 6

Ayer, como hace seis años, Andrés Manuel López Obrador provocó tumultos en la Cámara de Diputados y fue despedido con grandes muestras de afecto y respeto por los legisladores y por la propia presidenta Claudia Sheinbaum: Ha sido un honor luchar con usted. Hasta siempre, hermano, amigo, compañero, le dijo desde la tribuna del Congreso de la Unión.

Apenas ingresó al salón de plenos en San Lázaro para la ceremonia de cambio de poderes, a López Obrador lo recibió una ovación de los cientos de legisladores ahí reunidos, la mayoría de Morena y sus aliados, que no dejaron de gritarle consignas, de acercarse a abrazarlo, de seguir llamándolo presidente, presidente, aunque había dejado de serlo desde las primeras horas de ayer.

Y las primeras palabras de la nueva mandataria, en su mensaje a la nación después de recibir la banda presidencial de manos de la diputada Ifigenia Martínez, fueron para reconocer a su antecesor, al que se refirió como el presidente más querido, el que inició y termina su mandato con más amor de su pueblo. Se va uno de los grandes, recalcó.

Los mandatarios extranjeros y los invitados especiales constataron algo que no es común, que el gobernante saliente y la nueva presidenta tuvieran muestras similares de respaldo y cariño y que ambos hicieran público el afecto y respeto que los une.

La sesión de Congreso general se llevó a cabo con todo orden, ya que la menguada oposición –representa apenas 25 por ciento– no acudió a los gritos ni desplegó mantas, como lo hicieron los panistas en ese mismo recinto el 1º de diciembre de 2018, cuando el tabasqueño rindió protesta como Presidente de la República.

Despedida afuera de su casa

Desde que López Obrador salió de su domicilio, al sur de la ciudad, cientos de simpatizantes lo esperaban afuera para despedirlo en un ambiente de nostalgia, en el que muchos lloraban y hablaban de lo que ha significado para el país.

Incluso, se complicó la salida del vehículo en que viajó con su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, por los muchos reunidos que, en su afán de verlo, hasta se empujaban. Aun así, llegó puntual al Palacio Legislativo de San Lázaro, a su cita con la historia, como lo expresó en tribuna el diputado de Morena Sergio Gutiérrez Luna.

A las 11 de la mañana entró al recinto legislativo, donde surgió el coro de es un honor estar con Obrador que entonaron los diputados y senadores de la 4T, pero también integrantes de su gabinete, del equipo de Sheinbaum y los gobernadores morenistas, que estaban en el área de invitados, cerca de la puerta.

Tumulto en San Lázaro

Diputadas de Morena habían formado desde antes de las 9 de la mañana, en que dio inicio la sesión, dos filas en el pasillo que va de la entrada al pleno para tratar de saludarlo. Es honesto, es valiente, es mi presidente, le cantaron.

La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado; la de Campeche, Layda Sansores, y el de Baja California Sur, Víctor Manuel Castro, desde el área de invitados lo saludaban también emocionados.

Aunque sólo lo separaban unos cuantos metros para llegar a la escalinata y subir al presídium, el camino fue largo para López Obrador porque diputados y senadores de su movimiento le salían al paso, con celular en mano, para tomarse la foto. Estuvo a punto de caer por el tumulto y debió acomodarse la banda tricolor al llegar a la mesa directiva, donde lo esperaba la presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, a la que besó en la frente.

Entendió que la legisladora y luchadora social de 94 años, quien rompió paradigmas, ya que fue la primera mujer en hacer una maestría en Harvard, la primera directora de la Facultad de Economía y la primera senadora de oposición en 1988, había hecho un gran esfuerzo para estar ahí.

Pese a su deteriorada salud, la maestra Ifigenia, que luchó en 1968 por defender la autonomía universitaria, hizo un esfuerzo y se presentó, aun con oxígeno.

El tabasqueño se sentó en medio de ella y del presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, muy lejos del otro extremo, donde se colocó a la representante del Poder Judicial, la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, a la que no saludó.

Ahí, mientras otros legisladores se acercaron a estrechar su mano, esperó la llegada de Sheinbaum, poco antes de las 11: 30 de la mañana, recibida también con gritos de júbilo. Ella saludó y besó afectuosa a quien sucederá en Palacio Nacional.

El ya ex Ejecutivo federal ayudó a que Ifigenia Martínez cumpliera con su cometido de pasar la banda presidencial a la primera mujer que asume el poder en dos siglos en la historia del país.

El sonido estaba abierto y se oyó a Martínez murmurar: Híjole, apenas me sostengo, pero López Obrador la sacó del aprieto, le puso en las manos la banda presidencial y la legisladora la pasó a su vez a la nueva Presidenta de México.

Uno de los grandes

En su discurso, Sheinbaum recordó que hace 19 años, en ese mismo recinto se desaforó al entonces jefe de Gobierno, a quien la historia y el pueblo lo han juzgado como uno de los grandes, el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido, sólo comparable con Lázaro Cárdenas.

En igual tono, Sheinbaum agregó: “Su último libro lo titula Gracias, y hoy le devolvemos el agradecimiento, profundas gracias, gracias, gracias por siempre”.

Al final, López Obrador alzó la mano de Claudia Sheinbaum y ésta a su vez alzó la mano de Ifigenia Martínez.

López Obrador se retiró discreto, ya no por la puerta principal. La Comisión de Cortesía, conformada, entre otros, por los senadores Geovanna Bañuelos, Higinio Martínez, Félix Salgado y Alejandro Esquer lo acompañaron directamente al estacionamiento de San Lázaro.

(Con información de Arturo Sánchez)