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Canal 22: irregularidades en plena austeridad republicana
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n enero de 1991 personalidades del mundo de la cultura, la ciencia y la sociedad civil solicitaron al presidente Carlos Salinas de Gortari la creación de una televisora cultural. En junio de 1993 tuvo respuesta con la primera transmisión del Canal 22.

Como una televisión pública del Estado fue adscrito al entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Su sede: los antiguos estudios de cine Churubusco. Su primer director, José María Pérez Gay, al que le sucedieron, entre otros, Enrique Strauss, Jorge Volpi, Raúl Cremoux y Armando Casas. Ellos contribuyeron a mejorar la calidad técnica y la producción de la emisora; a responder a la diversidad cultural y social del país.

El 1º de diciembre de 2022 fue nombrado director quien dejó en severa crisis a la Fonoteca Nacional: Pável Granados, pese a no llenar el perfil profesional que se exige para ese cargo (grado de licenciatura) y sin el menor conocimiento del manejo televisivo. Prueba de ello es que adquirió sistemas digitales no compatibles que vuelven lentos los procesos de producción. Por eso, el archivo histórico del 22 resulta muy poco accesible y no se usa adecuadamente. Ilustran programas y noticieros con materiales que años atrás subieron a Youtube.

Otro absurdo: llegó a su cargo con una docena de inexpertos administrativos procedentes de Veracruz. Los comanda un panista que antes era agente del Ministerio Público en dicha entidad. En tanto, el área jurídica ha perdido varias demandas por despidos injustificados de personal. Otras están sin resolver. Una falla más: su área de comunicación social e imagen es más grande que la de una secretaría de Estado. Elabora anuncios que no se tansmiten y una gaceta interna inservible.

En plena austeridad repubicana y con un salario mensual de 100 mil pesos más otras prestaciones, Granados envió a sus cercanos amigos a España a cubrir diversos actos, cuando el 22 tiene allí corresponsal. Por su parte, realizó varios viajes a París, uno de ellos acompañado de su asistente.

En cambio, parte de la videoteca está debajo de las escaleras del edificio, expuesta al polvo y a la humedad. Hay filtraciones de agua en las zonas de edición de videos. Cuando el canal transmitía apenas un noticiario, tenía ocho sistemas portátiles de grabación. Hoy, cuatro, pese a contar con una numerosa pero ineficiente área de producción. Agrego que el 22 pasó más de un mes sin Internet. Está demandado por su proveedor por falta de pago. En lugar de solucionar judicialmente ese asunto, el canal contrató a otro proveedor.

Fiel a la austeridad republicana, pagó generosamente a una producción externa los tres capítulos de Reflexión en movimiento, para celebrar los 30 años de canal. Se cumplieron en junio del año pasado. Apenas se transmitieron este mes.

Más austeridad: el programa Catarsis22, conducido por Pedro Kóminik, debía producirse externamente. Sin embargo, se hizo en las instalaciones del canal. Kóminik cobró 150 mil pesos por cada emisión. Algunos de sus entrevistados, Eduardo Nava, encargado de producción y programación de la empresa y quien respalda todo lo hecho por Kominik; y Rafael García Villegas, coconductor del noticiario.

Dicho programa se suspendió por su elevado costo. Pero ahora Kóminik estrena otro, también hecho en el canal: Cristal contra concreto. Estas emisiones normalmente son de 13 capítulos, el nuevo, de 26.

Una de las prioridades de Granados fue impulsar el programa Ven acá, de Eugenia León, congelado desde la administración anterior. Lo reactivó a fin de estrenarse como coconductor. Un retrato de Carlos Monsiváis siempre aparecía en el programa para mostrar una cercanía que nunca tuvo con Monsi.

Su última irregularidad: el 22 recibió en comodato la Casa de Roberto Cantoral, compositor que dirigió caciquilmente durante 28 años la Sociedad de Autores y Compositores de México. Pero ese comodato no coadyuva en nada a la misión y objetivo del canal. Es una sangría económica que le hereda a la administración que mañana inicia tareas.

Granados deja la dirección del Canal 22 con las fallas anteriores y otras más. Las debe solucionar su sucesor, que sí sabe de televisión, con el apoyo de la Secretaría de Cultura.

También está pendiente rescatar la Fonoteca Nacional, donde se encuentra la parte fundamental del patrimonio sonoro de México.