Con la incorporación de tarjetas bancarias –de débito, crédito y sin contacto– para pagar el pasaje, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro dio por concluida la modernización de su método de recaudación.

Esto está mejor, porque luego se hace aquí la filísima, y con la tarjeta (bancaria) pasa el pago y ya no tiene uno que estarse formando para meterle dinero, comentó Silvia Ortiz, quien abordó en la estación Zaragoza de la línea 1 para dirigirse a su trabajo en el Centro Histórico y tuvo que pasar antes a una máquina porque necesitaba abonar 20 pesos a su mica de movilidad integrada, justo donde un cartel informa de la nueva forma de cobro.

El mecanismo ya está disponible en todas las estaciones del Metro, con excepción de la línea 12, donde se informó que entrará en operación dentro de 15 días.

Por este medio se paga lo mismo que en taquillas o máquinas donde se abona efectivo, 5 pesos, ya que no se cobra comisión al usuario ni al STC, además de que la mica de movilidad permite la recarga con la tarjeta bancaria virtual en los teléfonos y relojes inteligentes.

El director del organismo, Guillermo Calderón, comentó que la aplicación de este mecanismo de cobro pone punto final a la modernización del método de recaudación que ordenó la ex jefa de Gobierno, y hoy presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo.

Refirió que para la adquisición de las máquinas de venta y recarga, validadores, torniquetes, puertas de cortesía y dispositivos destinados a abonar saldo en las taquillas de las 195 estaciones se hizo una inversión de 835 millones de pesos.

La habilitación del pago con tarjetas bancarias –Visa, Mastercard o American Express– que cuentan con el símbolo WiFi para hacer pagos sin contacto se realizó mediante convenio que no implicó ningún costo adicional para el Metro, resaltó el funcionario.

En la estación Zaragoza, donde Calderón encabezó el acto para anunciar la nueva modalidad de pago, Ricardo Estrada, migrante mexicano con residencia en Las Vegas y que está de visita en el país, junto con su hija Verónica, tardó en familiarizarse con la máquina para adquirir una tarjeta con carga suficiente para sus viajes en el subterráneo.

Se ve que no soy de aquí, dijo, y al enterarse de que podía pagar con el plástico de su banco, comentó que está muy bien para los que venimos de viaje, pero ésta (la tarjeta recargable de movilidad integrada) me la llevo de recuerdo.

Sonia, estudiante de 19 años, lamentó que ella tendrá que seguir formándose para recargar la suya, ya que no maneja ninguna mica bancaria, a veces sí hay muchísima gente, pero como son varias máquinas avanzamos más o menos rápido.