Opinión
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Ciudad perdida

Morena: ¿renovación o entierro?

C

omo nunca, ahora la pregunta toma fuerza: ¿cómo salvar a Morena?

A las recomendaciones de la Presidenta Sheinbaum los vicios y las deformaciones con las que ha crecido el organismo.

Sí, hay que reconocerlo, Morena ha ganado elecciones, Morena es el partido más fuerte del país, pero eso no lo vacuna contra su historia, contra su propio veneno.

Por el contrario, el sabor a poder embriaga al partido, tanto que se olvida de su vocación, del porqué de su existencia, y se enruta, dando traspiés, hacia un destino fatal escrito ya en páginas amarillas.

La Presidenta Sheinbaum estuvo presente ayer durante el séptimo Congreso Nacional de Morena y pidió permiso para alejarse del partido, que sin ella como guía –los estatutos lo impiden– enfrentará una crisis mortal si no se toman las medidas que le permitan purificarse, aunque suene a lo que suene.

La presencia política de personajes como Javier Corral –es el peor, pero no el único–, y de priístas en busca de acomodo, más el accionar eterno de las tribus hoy manejadas por clanes, sin dejar de lado a los de la banda de los sin vergüenza, que bien encabeza Miguel Ángel Yunes –aunque no sea morenista–, tienen infectado a ese partido.

Se ha dicho, no con mucha fuerza, para que no se oiga muy lejos, que el fin justifica los medios, y se le atribuye a Maquiavelo, pero el supuesto fin, que fue llevar votos a las urnas, no podrá ser el argumento con el que se entierre a Morena, no, no sería justo.

La dirigencia del partido se renovó ayer y no parece que las cosas puedan ir para mejor. La presidencia del partido quedó en manos de una mujer que ha ido saltando de puesto en puesto sin significarse en alguno.

Sí, lo mismo en la Secretaría del Trabajo como en la de Gobernación, a la que llegó cuando nadie quería cerrar la puerta, la vieron pasar sin que nada sucediera. La niña Alcalde no creció y el partido político no parece ser la tierra que le permita consolidarse.

Los diques para frenar las locuras de la familia de la niña, que busca apoderarse de Morena, y que está ligada a otro de los clanes, el de los Batres, cuando menos por el momento, auguran un conflicto constante que terminará por definir, ojalá, el camino de Morena.

Pero si las cosas no se dieran de esa forma, el peligro de una guerra interna por el rumbo político y las decisiones de trascendencia podría debilitar al organismo.

Por eso es tan importante que si ya se obedeció, ahora se levante una visión clara del que pudiera ser el proyecto de Morena que implicara no sólo la toma del poder por el poder mismo, sino el trabajo político que requieren los seguidores del partido más fuerte de México para cambiar en definitiva el quehacer de ese partido.

Ayer la Presidenta Sheinbaum le dejó una importante tarea a la estructura tambaleante de Morena. Una tarea que parece casi imposible si nos atenemos al comportamiento inmediato anterior; tarea que habrá de costar sangre política, pero que resultará en un mejor organismo. La gente lo merece.

De pasadita

Hay muchas ideas y muchas formas que tienen como fecha de caducidad el primer minuto del primer día de octubre.

Eso se debe tener en cuenta porque la 4T no debe parar, y de lo que ahora está hay mucho que ya no sirve, que caducó, por eso la importancia de las ideas nuevas. Por ahí se dijo, y con razón, que no se debe meter vino nuevo en botellas viejas. Eso no es un dicho, es una lección de vida. Ya se verá.