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Balance de 6 años
Mejoraron condiciones económicas de millones de hogares mexicanos
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▲ La confianza de la población en la situación económica se ubicó en el punto más alto desde 2006.Foto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 23 de septiembre de 2024, p. 23

La nueva política económica y social que puso en marcha el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que concluye el 30 de septiembre, generó mejores condiciones económicas para millones de hogares mexicanos. Lo hizo a través de programas de transferencias a grupos específicos de población, al elevar las pensiones a adultos mayores y promover el crecimiento real de los salarios, principalmente, coinciden especialistas.

Expertos económicos consideran que muchos mexicanos han visto mejorar sus ingresos y tienen más acceso al dinero, lo que se ha reflejado en indicadores de consumo y en la percepción sobre la situación económica actual y futura del país y de los hogares.

En agosto pasado, último dato disponible, un indicador que mide la confianza de la población en la situación económica del país y la de sus hogares, en el momento actual y hacia los siguientes meses, se ubicó en el punto más alto desde que hay registro de esa medición, en 2006. Conocido como Indicador de Confianza del Consumidor, se ubicó en 47.6 puntos, 5.9 puntos arriba del nivel que tuvo en noviembre de 2018, al finalizar el gobierno del ex presidente Enrique Peña Nieto, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), encargado de elaborarlo.

Por parte del sector privado, la inversión en proyectos productivos se incrementó, si se mide como proporción de la economía, de acuerdo con información oficial.

En junio pasado, también última información disponible, la inversión privada –la suma de recursos empleados por las empresas para adquirir capital fijo para elevar su producción– fue equivalente a 24.5 por ciento del producto interno bruto (PIB). Ese porcentaje muestra una clara recuperación respecto de mediados de 2020, cuando la economía del país lucía devastada por los efectos de la pandemia, y ésta retrocedió 19.4 por ciento del PIB, también de acuerdo con el Inegi. Y el nivel actual es mayor si se compara con el final de la administración de Peña Nieto, en el momento que la inversión privada representaba 23.4 por ciento del producto.

Cambios a destacar

Para Gabriel Casillas, economista en jefe para Latinoamérica de Barclays, hay cambios importantes en la política económica de este gobierno. Sin embargo, destacó tres.

El primero, fue la forma de ha-cer llegar los programas sociales.

“Gastando lo mismo que el ex presidente Enrique Peña Nieto en programas sociales (en porcentaje del PIB), López Obrador elevó significativamente el porcentaje de las familias que reciben los programas sociales. En el sexenio anterior, alrededor de 40 por ciento de las que no tienen ingresos –fijos o estables– recibían algún apoyo; en este gobierno, el porcentaje subió a 60 por ciento”, destacó Casillas.

¿Cómo lo hizo? Se entregó una tarjeta de débito a los beneficiarios para depositarles directamente, en lugar de tener gente repartiendo dinero. Así, dijo el economista, redujo la corrupción y mejoró, considerablemente, la distribución de los recursos públicos hacia los beneficiarios.

El segundo cambio fue que elevó significativamente la recaudación tributaria, más de dos puntos porcentuales del PIB, sin hacer una reforma fiscal.

Simplemente mejoró las eficiencias recaudatorias. Esto es nuevo porque las administraciones anteriores hicieron alguna reforma fiscal.

Y el tercer cambio fue los proyectos de infraestructura que estuvieron más atados a la visión personal del Presidente, que a un proceso de análisis costo-beneficio.

Desde la costosísima cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México hasta la construcción de proyectos como la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, ninguno de estos proyectos pasó las pruebas más sencillas de costo-beneficio. Un mejor uso de recursos siempre deja mayores tasas de crecimiento, tanto en el desarrollo de los proyectos, como en el mediano y largo plazos, en la visión de Casillas.

Avance inobjetable

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 (Enigh), el ingreso laboral creció 14 por ciento respecto a 2020.

Por su parte, la pobreza laboral –indicador que mide la proporción de personas respecto del total que, aun trabajando, no pueden adquirir la canasta básica– alcanzó un nuevo mínimo al cierre del segundo trimestre de 2024 a 30.9 por ciento de la población en el ámbito urbano y a 47.6 en el rural, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Asimismo, la masa salarial y el ingreso laboral per cápita nacional alcanzaron nuevos máximos; este último tuvo un crecimiento anual de 8.9 por ciento en el segundo trimestre de 2024, para ubicarse en 3 mil 350.84 pesos. En el último trimestre de 2018 fue de 2 mil 655.90 pesos.

En 2018, antes de esta administración, el salario mínimo era de 88.36 pesos diarios. Desde entonces, el gobierno impulsó incrementos anuales. En 2024 se ubica en 312.41 pesos para la frontera norte y en 207.44 pesos para el resto del país.

Analistas económicos señalan que se puede discutir si lo anterior es sostenible, pero es inobjetable que hay un saldo positivo.

Sin embargo, esto no es suficiente porque, advierten, la economía sigue con crecimientos bajos, que este sexenio será en promedio de 0.9 por ciento, la mitad del reportado en el gobierno anterior, de acuerdo con Intercam. Una de las razones del escaso crecimiento del PIB tiene que ver con la contracción de 8 por ciento en 2020, como efecto de la pandemia de covid-19.

Andrés Manuel López Obrador ofreció que el producto interno bruto (PIB) crecería a 6 por ciento al final de su sexenio; así como un promedio en el sexenio de 4 por ciento.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que en los primeros cuatro años del gobierno de López Obrador, el crecimiento promedio fue de 0.2 por ciento (con efecto pandemia); incluyendo el crecimiento de 3 por ciento de 2023, el promedio de los cinco años fue de 0.9 por ciento, pero si se agrega el crecimiento esperado para 2024, de entre 1.5 y 2 por ciento, el crecimiento promedio en seis años será de casi uno por ciento o menos, por lo que será el crecimiento promedio sexenal más bajo en los últimos 36 años; es decir, las últimas seis administraciones en el país.

No pasó nada

Un día antes de los comicios de 2018, en las que ganó López Obrador, el tipo de cambio estaba en 19.8660 pesos por dólar spot. A unos días de que termine su mandato alcanza niveles similares. Durante su sexenio alcanzó un máximo de 25.1050 dólares (23/3/20) y un mínimo de 16.3368 pesos por dólar (8/4/24).

La fortaleza del peso no se debe al quehacer económico-político del país, prácticamente se debe al arribo de inversión extranjera hacia el país, no sólo a través de la directa que llega a ampliar plantas productivas, sino de inversión que llega al mercado de dinero mexicano; el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos. Las remesas también han aumentado (a cerca de 60 mil millones de dólares al año), debido al progreso económico de Estados Unidos.

El que se estén enviando más recursos de los mexicanos en Estados Unidos hacia México y que estén migrando, significa que México no tiene la capacidad de ofrecer trabajos bien remunerados, detalla Alfredo Coutiño, responsable de análisis de Moody’s Analytics, firma sin nexo con la calificadora de deuda Moody’s.

México enfrentó los mismos problemas de inflación que en el mundo. El sexenio arrancó con un índice nacional de precios al consumidor de 4.83 por ciento anual. En abril de 2020, la inflación alcanzó una tasa de 2.15 por ciento anual, la más baja en la administración. Pero para agosto de 2022 fue la más alta, de 8.70 por ciento, niveles no vistos en dos décadas. En julio pasado, los precios crecieron 5.57 por ciento.