En la Ciudad de México hay déficit de espacios públicos de cuidados tanto para menores de hasta cinco años de edad, sobre todo en las zonas periféricas, donde hay mayores niveles de pobreza, como para adultos mayores, que se distribuyen en cuatro alcaldías: Benito Juárez, Coyoacán, Cuajimalpa y Álvaro Obregón.

De acuerdo con un diagnóstico del Consejo de Evaluación (Evalúa), en la capital del país hay más de 3 millones de habitantes que tienen necesidad de cuidados, la mitad menores de 14 años, y más de medio millón se identificaron con necesidades muy altas de atención.

El organismo sugiere la creación de espacios de atención multifuncionales o reconvertibles para distintos grupos de edad y necesidades.

En el caso de la infancia, identifica 211 zonas prioritarias donde se requiere la ampliación de cuidados infantiles a partir del grado de desarrollo social, de la concentración de niñas y niños y de la ausencia de oferta pública.

Detalla que algunas áreas fronterizas entre alcaldías de la ciudad y del estado de México, en particular Gustavo A. Madero e Iztapalapa, presentan un gran déficit de oferta pública de servicios de cuidado infantil, aun cuando es donde hay una mayor concentración de menores de cinco años.

También delimita otras 100 zonas prioritarias para la atención de adultos mayores, pues en la actualidad la oferta de servicios públicos no siempre ofrece soluciones integrales o completas de cuidados y se enfoca en talleres o espacios de socialización básica que son importantes, pero insuficientes.

Demarcaciones sin servicios

Destaca que las residencias permanentes y asilos privados se concentran donde se aglomera la presencia de los adultos mayores, mientras los públicos son limitados. Una parte importante de las alcaldías no cuenta con ningún servicio de este tipo y sólo siete demarcaciones tienen alguna oferta de gobiernos locales, expuso.

Además, considera que se requieren 110 zonas prioritarias para la ampliación de servicios de rehabilitación y cuidados para personas con discapacidad.

Señala que más de 3 millones de personas reportan realizar trabajo no remunerado de cuidados y conforme aumenta el número de horas dedicadas a estas actividades, se incrementa su grado de feminización.

El tiempo de cuidado promedio por mujer cuidadora se estimó en 50 horas a la semana, más del doble que el destinado por hombres. Estas labores se realizan de manera paralela a otra actividad, lo que, además de dar cuenta de la pobreza de tiempo para quienes la ejercen, habla también de las posibles carencias en el cuidado proporcionado, refiere.