Buenos Aires., Enorme repercusión tuvieron en Argentina las palabras que, desde El Vaticano, el papa Francisco refirió en alusión a esta nación: Lo habían llamado hace una semana por una represión a obreros, gente que pelea por sus derechos en la calle y la policía los rechazó con lo más caro que hay, el gas pimienta de primera calidad. En vez de pagar justicia social, el gobierno pagó el gas pimienta, lo que coincidió con el Día del Jubilado que, en esta capital, se recordó ayer con marchas de protesta ante la Casa Rosada (gubernamental) y en otros lugares del país.

El pontífice –monseñor Jorge Bergoglio– habló ante dirigentes y militantes sociales al conmemorar 10 años de su primer encuentro con los movimientos sociales de todo el mundo. Al referirse al colonialismo, advirtió que quieren cambiarles a los pueblos la cultura, morderles la historia, hacerles olvidar lo que son, el sentido de pertenencia a un pueblo, el colonialismo material e ideológico van siempre juntos para quitarles las riquezas de los pueblos.

Hace 10 años plantamos una bandera: tierra, techo y trabajo. Son un derecho sagrado. Que nadie borre esa convicción. Que nadie robe esa esperanza, que nadie les apague los sueños. Si el pueblo pobre no se resigna, se organiza, persevera, y a la vez lucha contra las estructuras de injusticia social, más tarde o más temprano las cosas cambiarán para bien.

Ante el abogado Juan Grabois, dirigente social argentino y fundador de la cooperativa de cartoneros MTE y del sindicato Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), el prelado destacó que van paso a paso sobre tierra firme de lo concreto. Trabajan cuerpo a cuerpo, persona a persona. No sólo protestan, que está muy bien, también realizan obras de la más absoluta precariedad de los medios, a veces sin ninguna ayuda del Estado, y otras perseguidos.

Francisco también hizo referencia al tema de la corrupción recordando que el diablo entra por los bolsillos y puso como ejemplo a Argentina relatando la anécdota de un emprendedor “que estaba haciendo inversiones. Presentó sus planes a un ministro, quien terminó aprobando su proyecto, pero cuando le había entregado el permiso, el funcionario dijo: ‘Y para nosotros, cuánto?’”

Así reclamó que prevalezcan las buenas políticas, racionales y equitativas, que afiancen la justicia social con el propósito de que todos tengan tierra, techo, trabajo, un salario justo y los derechos sociales adecuados.

Milei, me quitaste el dinero, no la dignidad

En tanto, los jubilados repudiaron el veto ordenado por el presidente Javier Milei contra la ley de reforma jubilatoria votada el pasado día 12 en la Cámara de Diputados, así como la feroz represión perpetrada ese día, con saldo de varios heridos, después de que la policía arrojó gas pimienta a los manifestantes, incluso a la cara de una niña de 10 años, por lo cual se abrió una causa penal contra la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

También se denunció la opresión del día 18. En la concentración de ayer ante la casa de gobierno, había personas portando carteles escritos a mano con exigencias como: ¡Milei, soy jubilado! Me quitaste dinero, remedios, comida, pero no podés quitarme la dignidad de lucha, o también Todos somos jubilados, es cuestión de tiempo. En todas las movilizaciones efectuadas en distintos puntos del país se condenó que el ultraderechista mandatario haya decidido festejar con un asado –por su voto contra los jubilados– a los 87 diputados de su movimiento y de sus asociados de Propuesta Republicana (PRO) y cinco de la Unión Cívica Radical, que este partido decidió suspender.

Fue la provocación más cruel que hayamos visto, confesó uno de los manifestantes hoy.

Ayer se destacó la marcha de jubilados en Mar de Plata, ante la intendencia en manos del oficialismo. En esa provincia, el gobernador peronista Axel Kicillof no aprobó el Protocolo Antipiquetes (contra las manifestaciones masivas) impuesto por la ministra Bullrich.

Por otra parte, el Comité de los Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas (ONU) presentó antier en Ginebra un crudo informe sobre Argentina: Más de 7 millones de niños viven en la pobreza, esto es escandaloso, sostuvo Hynd Ayoubi Idrissi, experta del comité. Destacó que 14 por ciento viven en la pobreza extrema y cuestionó la inexistencia de medidas para abordar la crisis, la reducción presupuestaria y de políticas públicas para la niñez.

Cuestionó también la sustitución de Ministerios y Secretarías que velan por los derechos de los niños por organismos de menor jerarquía, y el desmantelamiento del Instituto Nacional contra la Discriminación y del Ministerio de la Mujer, y otros. De la misma manera hizo referencia a la represión, que ha alcanzado a niños.