revoluciónmusical
Una de sus grandes contribuciones es el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras
Miércoles 18 de septiembre de 2024, p. 4
El compositor Rodrigo Sigal, quien ha explorado nuevas fronteras sonoras y tecnológicas, recibió ayer la Medalla Bellas Artes 2024 por su labor musical. El galardón, concedido en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, reconoce su excelencia y compromiso, así como su capacidad para innovar en un campo tan especializado como la electroacústica.
La ceremonia contó con la presencia de Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal); Luis Tareke Ortiz, titular del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales –en representación de la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto–, y el artista multidisciplinario Alejandro Escuer, quien evocó el momento en que conoció a Sigal a finales de los años 90.
“Una de sus grandes contribuciones es el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS), fundado en Morelia, Michoacán, instancia que se ha convertido en referente internacional y espacio fundamental para la experimentación y la enseñanza de la música electroacústica en México.
La música de Rodrigo posee una fuerza especial, refleja una profunda filosofía de vida entre la sofisticación y la originalidad.
Durante su alocución, Lucina Jiménez destacó el papel de Sigal como protagonista en la revolución musical en el país, ya que “no sólo ha hecho su propia obra, sino ha abierto espacios de experimentación y vinculado el arte y la tecnología de maneras que antes parecían inalcanzables.
La Medalla Bellas Artes representa el reconocimiento del gobierno de México a artistas comprometidos que dedican su vida a expandir los horizontes artísticos.
El legado de Sigal –añadió Jiménez– va más allá de la composición musical. Como educador y gestor cultural ha demostrado una capacidad inusual para combinar estos roles con su actividad creativa.
Rodrigo se vino a México y ha hecho la mejor de las gestiones intelectuales, digitales y educativas que se pudiera haber hecho en el campo de la relación entre la música y la tecnología. La creación del CMMAS fortaleció el diálogo entre músicos y tecnólogos, además de que puso a nuestro país en el mapa internacional de la música electroacústica.
Rodrigo Sigal (Ciudad de México, 1971) reconoció que su carrera como compositor ha estado marcada por tres frentes: la gestión, la formación y la creación. Subrayó la importancia de haber desarrollado gran parte de su carrera en Morelia, ciudad que considera su hogar desde hace más de 20 años.
También rememoró con cariño sus años de formación bajo la tutela de grandes maestros como Mario Lavista, quien lo animaba a no perderse ningún evento en Bellas Artes, y figuras como María Antonieta Lozano, Daniel Catán y Javier Álvarez, quienes le enseñaron que la composición es un proceso solitario, pero también público.
La música es mucho más que un conjunto de sonidos; es una red de conexiones humanas y tecnológicas que permite explorar nuevas formas de creación y difusión
, concluyó.
El comité dictaminador estuvo conformado por Lucina Jiménez y los compositores Ana Lara, Ricardo Gallardo y Gerardo Tamez.
