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Ordenan evacuar 60 casas para valorar daños

Son nueve muertos y tres personas rescatadas por deslave en Jilotzingo
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▲ Escombros que dejó el deslave de un cerro en el poblado San Luis Ayucan, en Jilotzingo, estado de México, donde personal de las corporaciones de Protección Civil estatal y municipal continúan con la limpieza de vialidades afectadas.Foto La Jornada
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 17 de septiembre de 2024, p. 30

Jilotzingo, Méx., Nueve personas fallecidas y tres vivas fueron rescatadas de los escombros de sus viviendas entre sábado y lunes, tras el desgajamiento del cerro de San Luis Ayucan, donde la orden fue evacuar 60 casas para valorar las condiciones de seguridad en la zona cerril.

Además, con la recuperación de los últimos cinco cuerpos ayer, concluye la etapa de salvamento y comienza la remoción de escombros, informaron autoridades estatales.

El último cuerpo que se extrajo fue el de un joven de unos 16 años, y con ello terminan las labores de rescate en la zona cero y ahora inicia la etapa de recuperación, explicó Adrián Hernández Romero, coordinador general de Protección Civil y Gestión Integral del Riesgo del Estado de México.

En entrevista, resumió que el sábado fueron encontradas cuatro personas; el domingo, tres, y el lunes, cinco; en este último caso se trató de una mujer de unos 35 años, dos menores de 14 y 16 años, y dos hombres de 52 y 16 años. Agregó que el personal de distintas corporaciones continúa con la limpieza de caminos y la carretera principal afectada por deslaves.

La Unidad de Protección Civil municipal atiende las comunidades de Santa María Mazatla y Las Manzanas, donde hay dos personas reportadas como desaparecidas.

Ayer entraron dos trascabos a la zona y empezó el retiro de escombros, lozas, muros, restos de materiales de lo que fueron negocios y casas, así como autos que estaban estacionados en la zona de comercios, los cuales quedaron aplastados, y con la maquinaria pesada fueron levantados y llevados a camiones de carga, utilizados para retirar los escombros.

Manifestó que investigadores de Geología de la UNAM y de la dirección general de Protección Civil y Gestión Integral del Riesgo, empezaron ayer recorridos de evaluación para determinar si hay que desalojar más casas o si la gente ya puede regresar.

Oí que pedían auxilio y cuando salí vi que el agua se llevaba a una mujer de edad avanzada y a una joven. Un niño y un señor estaban atrapados dentro de un auto destruido, todo era un lodazal, había piedras, troncos y materiales de casas derruidas en segundos, narró Rosa Patricia Trejo Covarrubias, quien trabajaba en un negocio cercano al momento del deslave.

Relató que junto con otras personas corrió a auxiliar a clientes atrapados en una pequeña plaza comercial que también fue destruida por el meteoro. Además de 16 casas afectadas, el alud se llevó una placita donde había una cocina, un bar, una lavandería, miscelánea, una farmacia y dos locales.

Sabían desde hace 30 años que es zona de riesgo

Pobladores de San Luis Ayucan saben desde hace 30 años que esa zona era parte de una barranca, era una zona de riesgo y ahí construyeron, el agua buscó su salida y la halló aquí, dijo Rosa Trejo.

Macrina Hernández, madre de cinco hijos, comenta que el sábado al amanecer salió y observó que la casa de su vecina había desaparecido. Mientras, en el barrio Encido, otro punto del desgajamiento, la familia de su vecina pernoctó entre los escombros y veían los escurrimientos del cerro donde estaba su casa.

El sábado en el templo de San Luis Ayucan fue velado el cuerpo de una niña de tres meses rescatada por su abuelo.

Ayer, familias alistaban la sepultura de ocho fallecidos, otras esperaban que les entregaran los cuerpos de sus parientes que hasta antes de las dos de la tarde permanecían en el Servicio Médico Forense de la región.

El sacerdote Salvador Martínez Parra comentó que la Iglesia católica ofreció a sus feligreses en desgracia usar el templo para velar a sus muertos y para misas.

Hasta ayer las donaciones continuaban llegando a los centros de acopio, sobre todo alimentos, botellas de agua y ropa. Además se instaló un refugio en los salones parroquiales donde hay 63 personas, familias completas, a quienes les dan alimento.