crear las respuestas de un mundo que se siente incompleto
Martes 17 de septiembre de 2024, p. 4
La escritora y editora Karina Sosa (Oaxaca, 1987) encontró en la literatura el medio más eficaz para explorar las complejidades de la memoria y la identidad
.
En su novela más reciente, Orfandad, alude a un episodio de agitación social que ocurrió en su lugar de origen, pero al mismo tiempo a la historia de una joven que no sólo sufre la ruptura de su entorno, sino de su vida.
La trama se sitúa en 2006, año simbólico en Oaxaca, cuando estalló una revuelta popular que trascendió las demandas iniciales del magisterio de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
La lucha que comenzó como una exigencia de mejoras laborales pronto se transformó en un movimiento más amplio, en el que diversas figuras de la sociedad unieron fuerzas en la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). La meta principal: la destitución del entonces gobernador, Ulises Ruiz Ortiz, y una serie de cambios en la entidad que, por un breve lapso, parecieron posibles.
Pude observar de cerca cada acontecimiento debido a que mi papá, Flavio Sosa, participó en la APPO. Fue luchador social, preso político y desaparecido. Sin embargo, esta historia es autoficticia
, explicó Sosa en entrevista con La Jornada.
La memoria parece una casa de espejos en la que cada persona refleja su propio miedo, deseo y anhelo. Aun cuando todos miramos un mismo hecho, lo hacemos desde distintas perspectivas. Por esa razón, la memoria es algo personal e intransferible.
Una hija descubre la grieta en su familia: sus padres están separados y la casa en la que crecen ella y sus hermanos se va poblando de recuerdos. En junio de 2006, el padre de la protagonista encabeza una lucha popular para que el gobierno de Oaxaca caiga y se haga justicia. A la par de lidiar con el abandono paterno, la joven intenta descubrir quién ha sido y quién es ahora como mujer.
Karina Sosa enfatizó que su novela no es un panfleto ni una crónica. Más bien, se trata de un viaje introspectivo del personaje –que lleva su propio nombre– en busca de su lugar en un ambiente en constante cambio.
La influencia de otros escritores es palpable en Orfandad, publicada por Penguin Random House. Karina Sosa mencionó a Elena Ferrante y su novela La vida mentirosa de los adultos como detonante para su propia historia.
Al igual que Ferrante, Sosa se interesa por las relaciones de poder y la carga emocional que los padres imponen a sus hijos. En su obra, la figura paterna es fuente de conflicto, además de catalizador para la autodefinición de la protagonista, quien lucha por liberarse del peso de las expectativas y el legado familiar.
El proceso de escritura también fue doloroso para la joven autora, ya que su abuela paterna falleció en 2021. Sin embargo, la narrativa, aterradora e íntima, se entrelazó con la pérdida colectiva que sufrió su comunidad, lo que produjo una novela que evoca el duelo personal, además del impacto de un momento histórico traumático que resuena en el México contemporáneo.
El título de la novela tampoco es casual. Refleja la sensación compartida de muchos oaxaqueños que vivieron esos años de lucha y represión, donde era constante la ausencia de justicia y el abuso de autoridad.
Hubo presos, desaparecidos, muertos, y nunca habrá una reparación del daño absoluta. Todavía no hay castigo para los culpables de estas atrocidades
, lamentó Karina Sosa.
“La ficción y la literatura permiten no pontificar las cosas, al contrario, sólo dejan marcas o miradas sobre lo que ocurrió. En Orfandad, exhorto a los lectores a mirar, recordar y a construir nuestras propias respuestas en un mundo que a menudo se siente incompleto.”