usquemos y ordenemos más tendencias de largo plazo de la economía vecina, ejemplo privilegiado de la economía global y –siguiendo a Marx– agrupémoslas en torno al comportamiento de la rentabilidad general.
Hemos presentado aquí las cuatro fases de comportamiento de producción, capacidad instalada y utilizada del agregado manufactura, minería y servicios públicos de electricidad y gas para el periodo de 1919 a 2023. ¿Resultado? Dramática tendencia ascendente de la capacidad ociosa, con momentos muy drásticos de elevación abrupta de la ociosidad, pese a una disminución de costos en muchos de los activos industriales. ¿Resultante? Impulso al deterioro secular de la rentabilidad general y consecuente agudización de las disputas por un mayor volumen de beneficios. Más agudas por los sectores improductivos y rentistas del famoso FIRE (Financial, Insurance, Real Estate).
Ahora bien, si llegáramos a sumar la construcción a ese agregado industrial, prácticamente tendríamos 80 por ciento de la actividad económica agrupada. Esto hace afirmar a los técnicos de la Reserva Federal que conocer industria y construcción permite delinear prácticamente la estructura y la dinámica de toda la economía vecina. Y –si se me permite– de nuestra economía, crecientemente vinculada a ella.
Especialistas en este vínculo –que hoy tratan de descubrir las tendencias del famoso nearshoring– hacen señalamientos interesantes: 1) México ya compra más a Estados Unidos que cualquier otra nación, excepto Canadá; 2) más que un mercado de exportación, México y Estados Unidos son socios en la manufactura, en la producción compartida; 3) cuarenta centavos de cada dólar gastado en importaciones de México regresan a Estados Unidos, cantidad 10 veces mayor que los cuatro centavos que se devuelven por cada dólar pagado por importaciones a China. (Coronado, Roberto A., Understanding the evolving relationship between the United States and Mexico, Federal Reserve Bank of Dallas, April 12 de 2024; Santos Álvaro and Wilson Christopher, Trade, Economy, and Work A Shared Agenda for a Stronger Economic Future, University of California San Diego, School of Global Policy and Strategy, Center for US-Mexican Studies, 2024).
Resaltemos hoy el nivel real de dos salarios: 1) Mínimo federal por hora (7.25 dólares); 2) Promedio manufacturero (27.96 dólares). Luego de una elevación continua de 1947 a 1968, hubo un drástico descenso, de 1969 a 1990. Y de ahí en adelante dramático estancamiento. Correlato del descenso de la rentabilidad y, sin embargo, una mejoría relativa del salario manufacturero respecto al mínimo federal.
En 1940 el manufacturero era 2.6 veces el mínimo, hoy es de 3.9 veces. Además, en 2023 había 81 millones de trabajadores de 16 años o más (56 por ciento de asalariados) con remuneración horaria, pero apenas uno por ciento del total recibe mínimos o inferiores al mínimo. En 1979 era 13 por ciento.
Mejoría relativa, pero estancamiento general y, sin embargo, la evolución de este mínimo afecta de manera importante a la mitad del total, dado que recibe cotizaciones salariales horarias. Pero también afecta al salario cuota diaria industrial como referente base.
Sí, el estancamiento real relativo en uno y otro casos –horario y manufacturero– es palpable. Y contrasta, como lo veremos luego, con el ascenso real de las ganancias del sector FIRE, ascenso que también se ha experimentado en México. ¡Lamentablemente! De veras.
NB Un día de estos comentaré una comunicación que me envía un lector anónimo, a quien le parece que mi presencia y mis intervenciones en La Jornada son vergonzosas. Será conveniente comentarla pronto. De veras.