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De la otra ciudad

Ofrecen recorridos por canales

Mujeres rescatan sus raíces para crear empresa agroecoturística

De padre oaxaqueño y madre de Xochimilco, cultivan de forma orgánica la comida que venden

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▲ Las integrantes de la Cooperativa Temictli Chinampa, dedicada al ecoturismo e impartir talleres de siembra, muestran sus cultivos y actividades que realizan en su chinampa ubicada en el paraje Trancatitla, Xochimilco.Foto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de septiembre de 2024, p. 29

En una chinampa de más de 4 mil metros cuadrados, ubicada entre los parajes Trancatitla y Ampampilco, en la zona lacustre de Xochimilco, las hermanas Guadalupe, Gabriela, Claudia y Mónica de Jesús Pérez Zarco empezaron a realizar su sueño: tener un espacio cultural, ecoturístico para enseñar la siembra de hortalizas mediante la técnica ancestral del chapín, con la que germinan semillas.

El proyecto comenzó a gestarse hace seis años, cuando su padre Aurelio Pérez Hernández les dijo que ya se sentía cansado y pensaba vender la propiedad. La respuesta de las mujeres fue un rotundo no: tenemos una historia aquí, donde desde niñas aprendieron a cultivar la tierra, cuando aún se veían ajolotes, ranas toro y charales en los canales.

Como mujeres rurales se propusieron reactivar la chinampa con un enfoque agroecológico, impulsar el turismo consciente contra la imagen de cantina flotante que muchos tienen de Xochimilco y difundir la cultura de sus dos raíces: xochimilca y oaxaqueña; de su madre, Martha Imelda Zarco Maya, la primera, descendiente de una de las grandes familias de los pueblos de la demarcación, y la de Aurelio, zapoteco de San Blas Atempa, en el Istmo de Tehuantepec.

Cada una cuenta con diferentes profesiones y oficios, ya que su papá las instó a estudiar, por lo que se plantearon, además, darle la vuelta a esa visión negativa de que el trabajo del campo es sinónimo de pobreza y ponerlo en el lugar donde debe estar, ser campesino no tiene por qué ser motivo de vergüenza, sino de orgullo, comenta Mónica.

Con estos propósitos, agrega Guadalupe, decidieron el nombre que llevaría su proyecto: Temictli, voz del náhuatl que significa sueño.

En 2019 entraron a limpiar la chinampa sin concretar aún nada. Luego vino la pandemia, etapa que la familia estuvo en confinamiento, pero también les dio el empujoncito para cristalizar el proyecto por medio de una red de ayuda comunitaria que construyeron entre ellas mismas, con un trabajo que también les dejara tiempo para la crianza de sus hijos.

Para eso acondicionaron un área empastada de mil 300 metros cuadrados, una palapa en 50 metros cuadrados y la mayor superficie, 3 mil metros cuadrados, la destinaron a los cultivos.

Asimismo, diseñaron recorridos por los canales de Xochimilco para contemplar el amanecer o el atardecer, para quienes no se levantan tan temprano, desde la laguna Tlilac, en kayak o canoa, con salida desde el embarcadero Cuemanco, y que incluye el acceso a la chinampa, un alimento, un paquete y un taller de siembra con la técnica ancestral del chapín.

Al buscar opciones de financiamiento, solicitaron el apoyo del Programa de Economía Social de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo del gobierno capitalino, recursos que invirtieron en la instalación de baños secos y la adquisición de kayaks.

Para eso, Guadalupe, Gabriela y Claudia, junto con su mamá Martha Imelda y Rodrigo Arredondo, constituyeron la empresa Cooperativa Temictli Chinampa, con la que además organizan celebraciones y ofrecen otros servicios como el de campismo, que junto con los recorridos se contratan por sus redes sociales en Facebook o Instagram, donde se hallan como Temictli Chinampa, o el número de contacto de WhatsApp 552172 5125.

En asociación con otra empresa cooperativa, Arte Katon-Teotl, que su hermana Mónica constituyó con sus compañeros egresados de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, pueden incluir talleres de pigmentación, postales chinamperas, pintura en tela y en la temporada de Día de Muertos caracterizaciones de catrinas con los atuendos tradicionales de Xochimilco, que consisten en el chincuete, que es una falda larga negra, blusa blanca de cuello cuadrado con manga corta y bordados, rebozo de bolita y un ceñidor o traje de tehuana, huipil y falda con bordados, además del cultivo de cempasúchil.

La chinampa se usa como locación para sesiones de fotografía, aunque sólo la tienen disponible la última semana de octubre, antes del corte de la flor, por lo que se recomienda apartar fechas desde mediados de este mes.

La comida que ofrecen con sus recorridos es la tradicional de Xochimilco, todas cocinan y usan cultivos orgánicos de la chinampa, como verdolagas con las que elaboran tamales, un dulceatole en temporada de elotes de la milpa que Gabriela cultiva en San Pablo Oxtotepec, Milpa Alta, y para las celebraciones de Día Muertos, un pulque producido en Santiago Tepalcatlalpan, el cual curan con flor de cempasúchil, pero los alimentos son al gusto del cliente porque hay quien solicita platillos veganos.

Cristalizar su proyecto en la chinampa no ha sido fácil, no sólo para obtener financiamiento, sino porque han tenido que lidiar con abusos de otros prestadores de servicios a los que recurren para el traslado de visitantes desde Cuemanco, que pretenden darles un trato distinto por ser mujeres.

Cuentan con una canoa, pero sólo caben 15 personas, y disponen de 21 kayaks, y cuando han recibido a grupos de más de 40 personas recurren a otros servicios, lo que está bien porque consideran que uno de los objetivos del cooperativismo es generar cadenas de valor y crear empleos, pero bajo una alianza de trato justo para ambas partes. También han sufrido robos y vandalismo en su chinampa, pero eso no detiene sus planes de enriquecer a futuro el proyecto con un biofiltro, un bancal de plantas medicinales y otras actividades que les permitan continuar con su sueño.