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Payés, con la sutileza de su voz, captura la presencia del amor
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▲ Rita Payés se presentó el miércoles en el Teatro Metropólitan.Foto Ocesa/Santiago Covarrubias
 
Periódico La Jornada
Viernes 13 de septiembre de 2024, p. 9

Benvingudes, rialles pors i flors de mel, ja puja el cant a la llavor (bienvenidas, risas miedos y flores de miel, ya sube el canto a la semilla) interpretó la joven española de 25 años Rita Payés, con un contrabajo en tempo lento para iniciar el concierto que ofreció el pasado miércoles en el Teatro Metropólitan entre jazz, flamenco, bolero y ritmos latimos.

En medio de un escenario que evocaba a un día de campo en medio del bosque, descalza, con su inseparable trombón y un vestido blanco que le dio un aura similar al de la pastora Marcela en Don Quijote de la Mancha, Payés presentó su más reciente disco De camino al camino”.

Estoy muy contenta de estar aquí, muchas gracias. Teníamos muchas ganas de volver. Tocar en este teatro es increíble, gracias al universo por hacer esto posible, comentó sonrojada por los gritos de preciosa y bellísima que el público le ofrendaba, lo que causó la risa tímida de la multinstrumentista nacida en Vilassar del Mar.

Su nueva producción se enfoca en resaltar la belleza de lo cotidiano y los pequeños momentos que pasan desapercibidos. Muestra de ello fue la canción El Cervatillo, que evoca la reflexión que le surgió a Payés el contemplar a un ciervo detenido en la carretera. ¿Qué será de su suerte? / ¿Qué será de la mía? / Voy camino al camino / no hay parada, no hay destino.

El título del disco ya sugiere un viaje pausado, una especie de tránsito donde no importa tanto el destino como el disfrute del trayecto. A lo largo de las canciones, Payés refleja su capacidad para capturar lo sutil: una mirada, una brisa, un instante de silencio o la presencia del amor.

Si entre mil almas que aguardan detrás de la puerta / estás tú / No hay incerteza ni duda, siempre estará abierta / Ya no existe el dolor / Ya no hay miedo en el amor dice la pieza Si entras tú, que arrancó suspiros entre las y los asistentes por la profundidad de la letra y la armonía creada por la ejecución magistral de la guitarra de su madre, las suaves percusiones y el cuarteto de cuerdas.

La guitarra que da inicio a la pieza Locamente, con ritmos vertiginosos que evocan a O pastor del grupo de tradición portuguesa y fado Madredeus, hizo que el recital adquiriera un cariz menos introspectivo y mayormente entregado al goce, lo que se reflejó en las palmas del público acompasadas con los ritmos.

Muestra de esto fue la presencia de la agrupación de boleroglam Daniel, Me Estás Matando, al interpretar Seguir vivo no es vivir. Mírame / Tengo tumbas en el alma / Y por más flores que traigas / Sepultada está mi fe coreó el público emocionado por la presencia del grupo.

Si bien la colaboración entre familiares en la música no es algo raro, sí es menos común que madre e hija integren un proyecto musical como el de Payés y Elisabet Roma. Nana per les mamas, canción que justamente aborda ese tema, fue preámbulo de dos de los momentos más conmovedores y esperados de la noche.

El primero de ellos llegó con el cover con armonías de bossa de Algo contigo, canción ya universal del compositor Chico Novarro, que en la voz aterciopelada de Payés resalta de por sí ya melancólico sentido de la pieza.

El segundo vino con Nunca vas a comprender, una de las piezas más emblemáticas de Rita con la que supera el millón de oyentes mensuales en plataformas digitales.

Incluida en su álbum Como la piel (2021), con un guiño a la armonía del ya clásico Sabor a mí, y resultado de la fusión del flamenco y el bolero, la tonada poco a poco se está instalando en el imaginario de las nuevas generaciones; muestra de esto fue la reacción del público, que al término de la canción le pedía más y más a Payés, destinada a la grandeza por su profundo sentido de compromiso con el arte.