El Monstruo de la Tierra, monolito olmeca que pertenece al yacimiento arqueológico de Chalcatzingo, en Morelos, el cual vuelve a su lugar de origen, es uno de los proyectos financiados por la oficina Federal de Cultura de Suiza en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como se dio a conocer ayer durante el cierre de los trabajos de restauración, que también incluyen las esculturas Baborigame, en Chihuahua, y pinturas del Templo de San Fernando Rey, en la colonia Guerrero de la Ciudad de México, entre otros.

Pietro Piffaretti, embajador de Suiza en México, afirmó que hoy conmemoramos el cierre de un proyecto que significa un hito en nuestra cooperación: la recuperación y restauración de una pieza robada hace más de 50 años, el Monstruo de la Tierra, el Monumento 9 de Chalcatzingo, testimonio de los esfuerzos que han permitido que la pieza regrese a su hogar y su restauración.

Señaló que conservar el patrimonio es preservarnos a nosotros mismos como humanidad, pues es parte integral de la identidad y de la historia. Al tomar la palabra en una ceremonia para dar a conocer los proyectos en los que se trabajó desde la firma del acuerdo de conservación y el retorno de bienes culturales en 2017, destacó la gran importancia del tema que unió a ambos países en una colaboración fructífera.

Consideró que la reunión de ayer se trató de un momento de celebración del cierre de cooperación, con la posibilidad de abrir más etapas por muchos años más. Estas acciones, consideró, no sólo aseguran la riqueza histórica para futuras generaciones, sino que crean lazos más profundos entre naciones.

María del Carmen Castro, titular de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), detalló los tres proyectos que llegan a su conclusión, así como otros auspiciados por el financiamiento del país europeo.

Informó que derivado de los sismos de 2017, un año después se presentó el proyecto de rescate de la pintura mural, acabados pétreos y bienes culturales asociados con la tumba prehispánica de Santiago Tillo, Oaxaca.

En 2019 se recibió un millón 752 mil pesos para dos años de labores.

Así se instauró un vínculo que se alimentó cada año con un nuevo proyecto de conservación que el INAH presenta. En 2020, el beneficio fue para el proyecto en la Misión de Nuestra Señora del Pilar y Santiago de Cocóspera, una comisión jesuita en el desierto de Sonora, con 550 mil pesos.

Tres proyectos actuales concluyeron, motivo de la ceremonia de ayer. En 2021 se trabajó en la restauración de la pintura de caballete del templo de San Fernando, en la alcaldía Cuauhtémoc, para cual la embajada de Suiza aportó un millón 211 mil pesos. El templo construido en el siglo XVIII resultó fuertemente dañado por el sismo.

En 2022 se financió la restauración de las esculturas de la parroquia virreinales de Nuestra Señora de Guadalupe, en Baborigame, un lugar alejado en un rincón de la zona de tarahumara, para lo cual se destinaron 281 mil pesos. Finalmente, en 2023 se atendió el Monumento 9 de Chalcatzingo, con 751 mil pesos.

En la presentación, en las oficinas a un lado del Museo de las Intervenciones, también participó José Luis Perea, secretario técnico del INAH, quien acudió en representación del titular del instituto, Diego Prieto.

El funcionario celebró que en años recientes se ha generado un recuento de más de 14 mil piezas históricas, arqueológicas y culturales que se han recuperado, lo cual habla del gran esfuerzo de cooperación internacional.